Sea mi corazón íntegro hacia tus decretos, para que yo no sea avergonzado.
Tito 1:13 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Y dijo la verdad. Por eso, repréndelos con severidad, para que se robustezcan en la fe Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Este testimonio es verdadero; por tanto, repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe, Biblia Nueva Traducción Viviente Es la verdad. Así que repréndelos con severidad para fortalecerlos en la fe. Biblia Católica (Latinoamericana) Es la pura verdad. Por eso repréndelos con firmeza para mantenerlos en una fe sana La Biblia Textual 3a Edicion Este testimonio es verdadero. Por lo cual, repréndelos severamente para que sean sanos en la fe, Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¡Y a fe que es un testimonio verdadero! Razón de más para que los reprendas sin contemplaciones, a ver si recobran la salud de la fe Biblia Reina Valera Gómez (2023) Este testimonio es verdadero; por tanto, repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe, |
Sea mi corazón íntegro hacia tus decretos, para que yo no sea avergonzado.
¡Haz que los justos me hieran! ¡Eso será bondad! Si ellos me reprenden, eso es medicina. No permitas que yo la rechace. Pero yo estoy en constante oración contra los malvados y sus hechos.
»No guarden rencor contra su hermano. »Corrijan a su prójimo, cuando tengan que hacerlo, y no participen de su pecado.
Les he escrito esta carta con la esperanza de que cuando los visite no tenga que ser duro y usar mi autoridad. Quiero emplear la autoridad que me confirió el Señor para ayudarlos a madurar y no para destruirlos.
para los adúlteros y los homosexuales, para los que trafican con vidas humanas, para los mentirosos y los que juran en falso. En fin, la ley es para todo lo que está en contra de la sana enseñanza
Explica esto a los hermanos y estarás cumpliendo con tu deber como buen servidor de Cristo Jesús. Así estarás demostrando que te nutres de la fe y de las buenas enseñanzas que fielmente has seguido.
Si de veras ha pecado, repréndelo ante la iglesia en pleno, para que nadie siga su ejemplo.
Con urgencia predica la palabra de Dios; hazlo sea o no sea oportuno; corrige, reprende y anima con mucha paciencia, sin dejar de enseñar.
Esto es lo que tienes que enseñar. Exhorta y reprende con plena autoridad. ¡No permitas que nadie reste importancia a tus palabras!
Inculca en los ancianos el ser sobrios, serios, prudentes e íntegros en la fe, en el amor y en la paciencia.