Poco tiempo después, el Señor le dijo a Abram: ―Abram, no tengas miedo, porque yo te protejo, y te voy a dar una recompensa muy grande.
Proverbios 30:5 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Toda palabra de Dios es verdadera. Él protege a los que acuden a él en busca de protección. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Toda palabra de Dios es limpia; Él es escudo a los que en él esperan. Biblia Nueva Traducción Viviente Toda palabra de Dios demuestra ser verdadera. Él es un escudo para todos los que buscan su protección. Biblia Católica (Latinoamericana) Las palabras de Dios pasan cualquier prueba, son un escudo para los que confían en él. La Biblia Textual 3a Edicion Toda palabra de Dios es limpia,° Él es escudo a los que lo esperan. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Toda palabra de Dios es acrisolada; él es un escudo para los que se le entregan. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Toda palabra de Dios es pura: Él es escudo a los que en Él confían. |
Poco tiempo después, el Señor le dijo a Abram: ―Abram, no tengas miedo, porque yo te protejo, y te voy a dar una recompensa muy grande.
»El camino de Dios es perfecto; la palabra del Señor es refinada. Es escudo para todos los que se refugian en él.
He puesto a prueba tus promesas por completo y es por eso que las amo tanto.
Él es mi amoroso aliado y mi fortaleza, mi torre de seguridad y mi libertador, mi escudo y mi refugio. Él es quien pone los pueblos a mis pies.
El Señor es mi fortaleza, mi roca y mi salvación; mi Dios es la roca en la que me refugio. Él es mi escudo, el poder que me salva.
¡Qué grandioso es él! ¡Cuán perfecto en todo! Todas sus promesas se cumplen. Es escudo para todo aquel que tras él se refugia.
Porque, ¿quién es Dios sino nuestro Señor? ¿Quién es la roca sino nuestro Dios?
Las normas del Señor son justas: traen alegría al corazón. Los mandamientos del Señor son claros: dan luz a los ojos.
Pero, Señor, tú eres mi escudo, mi gloria, tú mantienes en alto mi cabeza.
Porque el Señor es nuestra luz y nuestra protección. Él nos da gracia y gloria. Ningún bien se les negará a quienes hagan lo que es justo.
Yo le digo al Señor: «Tú eres mi refugio y en ti estoy seguro; eres mi Dios, y en ti confío».
El temor al hombre es una trampa peligrosa, pero la confianza en el Señor trae seguridad.
En cambio, la sabiduría que viene del cielo produce en primer lugar una vida pura. También produce paz, bondad, mansedumbre, imparcialidad, sinceridad y está llena de compasión y buenas acciones.