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Salmos 3:3 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

3 Pero, Señor, tú eres mi escudo, mi gloria, tú mantienes en alto mi cabeza.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; Mi gloria, y el que levanta mi cabeza.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Pero tú, oh Señor, eres un escudo que me rodea; eres mi gloria, el que sostiene mi cabeza en alto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Mas tú, Señor, eres mi escudo, mi gloria, el que levanta mi cabeza.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Pero tú, oh YHVH, eres escudo alrededor mío, Mi gloria, y el que hace levantar mi cabeza.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 cuántos los que de mí dicen: No hay para él socorro en Dios. Selah

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Salmos 3:3
19 Tagairtí Cros  

Poco tiempo después, el Señor le dijo a Abram: ―Abram, no tengas miedo, porque yo te protejo, y te voy a dar una recompensa muy grande.


Dentro de tres días el faraón te va a sacar de la cárcel y te pondrá nuevamente en tu cargo de copero.


¡No permitan que los engañe haciéndoles creer que el Señor los salvará!


El rey Joaquín, de Judá, fue puesto en libertad de su prisión el día veintisiete del mes doce del año treinta y siete de su cautiverio. Ese era el primer año del reinado de Evil Merodac, sobre Babilonia.


Beberá de un arroyo junto al camino, y por lo tanto cobrará nuevas fuerzas.


Tú eres mi refugio y mi escudo; y tus promesas son mi única fuente de esperanza.


El Señor es mi fortaleza, mi roca y mi salvación; mi Dios es la roca en la que me refugio. Él es mi escudo, el poder que me salva.


Entonces alzaré mi cabeza, sobre todos mis enemigos que me rodean. Entonces le llevaré sacrificios y con gran gozo entonaré sus alabanzas.


Él es mi fuerza, el escudo que me protege de todo peligro. En él confié y él me ayudó. En mi corazón hay tanto gozo que prorrumpo en un cántico de alabanza a él.


Oigan bien: El Señor ha separado para sí a los redimidos; por tanto me escuchará y me responderá cuando lo llame.


Mi salvación y mi gloria proceden sólo de Dios. Él es mi refugio, la roca en donde ningún enemigo podrá alcanzarme.


Porque el Señor es nuestra luz y nuestra protección. Él nos da gracia y gloria. Ningún bien se les negará a quienes hagan lo que es justo.


En el Señor todas las generaciones de Israel serán declaradas justas, y triunfarán.


Nadie en Jerusalén necesitará más de sol ni de luna para que los iluminen, porque el Señor, el Dios de ustedes, será su luz perpetua; ¡él será su resplandor!


es la luz que alumbrará a las naciones y la gloria de tu pueblo Israel».


¡Qué bendiciones tienes, oh Israel! ¿Quién más ha sido salvado por el Señor? Él es tu escudo y tu ayudador, él es tu espada triunfal. Tus enemigos se inclinarán delante de ti; y tú pisarás sus espaldas».


Brillaba con la gloria de Dios, resplandecía como piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal.


La ciudad no necesita que el sol ni la luna la alumbren, porque la gloria de Dios la ilumina y el Cordero es su lumbrera.


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