Entonces, me sacudí la ropa y dije: ―¡Así sacuda Dios a todo aquel que no cumpla esta promesa! ¡Que así lo sacuda Dios y lo deje sin casa y sin ninguna propiedad! Y todo el pueblo gritó: ―¡Amén! Alabaron a Dios, y cumplieron lo prometido.
Proverbios 21:13 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 El que cierra sus oídos a los clamores del pobre no será escuchado cuando él tenga necesidad. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 El que cierra su oído al clamor del pobre, También él clamará, y no será oído. Biblia Nueva Traducción Viviente Los que tapan sus oídos al clamor del pobre tampoco recibirán ayuda cuando pasen necesidad. Biblia Católica (Latinoamericana) El que pone oídos sordos al grito del afligido, cuando llame no le responderán. La Biblia Textual 3a Edicion Quien cierra sus oídos al clamor del pobre, No será escuchado cuando grite. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Quien cierra el oído al clamor del pobre clamará a su vez y no hallará respuesta. Biblia Reina Valera Gómez (2023) El que cierra su oído al clamor del pobre; también él clamará, y no será oído. |
Entonces, me sacudí la ropa y dije: ―¡Así sacuda Dios a todo aquel que no cumpla esta promesa! ¡Que así lo sacuda Dios y lo deje sin casa y sin ninguna propiedad! Y todo el pueblo gritó: ―¡Amén! Alabaron a Dios, y cumplieron lo prometido.
Pues yo, como juez honrado ayudaba a los pobres en sus necesidades y a los huérfanos que carecían de defensor.
Gritaron pidiendo ayuda, pero nadie se atrevió a rescatarlos; clamaron al Señor, pero él se negó a responderles.
Entonces ellos me llamarán, pero no les responderé; me buscarán ansiosos, pero no me encontrarán.
El que ayuda al pobre no conocerá la pobreza; el que le niega su ayuda será maldecido.
»Su Padre celestial los perdonará si perdonan a los que les hacen mal;
porque de la manera como juzguen a otros, así Dios los juzgará a ustedes; Dios los va a tratar de la misma forma en que ustedes traten a los demás.
Cuando el dueño de la casa se levante y cierre la puerta, ustedes se pondrán a golpearla, y gritarán: “Señor, ábrenos”. Pero él les contestará: “No sé quiénes son ustedes”.
Entonces ellos, tapándose los oídos y gritando con fuerza, se le echaron encima y lo sacaron de la ciudad.
Pero si alguien está bien económicamente y no ayuda a su hermano que está en necesidad, ¿cómo puede haber amor de Dios en él?