No he rechazado sus mandamientos, sino que en ellos me he deleitado más que en mi alimento de cada día.
Proverbios 2:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Hijo mío, si haces tuyas mis palabras y atesoras mis mandamientos; Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Hijo mío, si recibieres mis palabras, Y mis mandamientos guardares dentro de ti, Biblia Nueva Traducción Viviente Hijo mío, presta atención a lo que digo y atesora mis mandatos. Biblia Católica (Latinoamericana) Acoge mis palabras, hijo mío, guarda mi enseñanza, La Biblia Textual 3a Edicion Hijo mío, si aceptas mis palabras, Y guardas mis mandamientos dentro de ti, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Hijo mío, si recibes mis palabras y guardas para ti mis preceptos, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Hijo mío, si recibieres mis palabras, y mis mandamientos atesorares dentro de ti, |
No he rechazado sus mandamientos, sino que en ellos me he deleitado más que en mi alimento de cada día.
Enséñanos a contar bien nuestros días para que nuestro corazón se llene de sabiduría.
El que obedece la ley es un hijo inteligente, pero el que anda con libertinos es vergüenza para su padre.
Hijo mío no olvides nunca mis enseñanzas. Guarda mis mandamientos en tu corazón,
Escuchen hijos la corrección de un padre. Pongan atención para que adquieran inteligencia.
¿No está llamando la sabiduría? ¿No está alzando la voz la inteligencia?
»El reino de los cielos es también como un tesoro escondido en un terreno. Un hombre viene y lo encuentra. Emocionado y lleno de ilusiones, vende todo lo que tiene y compra el terreno, con lo cual está adquiriendo también el tesoro.
Pero María guardaba todas estas cosas en su corazón y no dejaba de pensar en ellas.
Entonces Jesús volvió con sus padres a Nazaret y los obedecía en todo. Pero su madre guardaba todas estas cosas en el corazón.
―Pongan mucha atención a lo que les voy a decir: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres.
ni están más allá del océano, tan lejos que nadie pueda hacerte oír su mensaje.
Este mensaje es verdadero y todo el mundo debe creerlo: Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.