Eliseo aún estaba diciendo esto cuando llegó el mensajero (seguido por el rey). ―El Señor ha causado toda esta aflicción —dijo el rey—. ¿Por qué he de esperar ayuda de él?
Proverbios 19:3 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Por su propia necedad el hombre puede echar a perder su vida y luego echarle la culpa al Señor. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 La insensatez del hombre tuerce su camino, Y luego contra Jehová se irrita su corazón. Biblia Nueva Traducción Viviente La gente arruina su vida por su propia necedad, y después se enoja con el Señor. Biblia Católica (Latinoamericana) Uno se arruina por su propia estupidez, ¡y luego le echa la culpa a Yavé! La Biblia Textual 3a Edicion La insensatez del hombre tuerce su camino, Y luego, su corazón se irrita contra YHVH. Biblia Serafín de Ausejo 1975 La necedad del hombre tuerce su camino; contra Yahveh se irrita su corazón. Biblia Reina Valera Gómez (2023) La insensatez del hombre tuerce su camino; y su corazón se irrita contra Jehová. |
Eliseo aún estaba diciendo esto cuando llegó el mensajero (seguido por el rey). ―El Señor ha causado toda esta aflicción —dijo el rey—. ¿Por qué he de esperar ayuda de él?
¿Por qué te vuelves contra Dios y le echas en cara todos estos perversos razonamientos?
¡Que no te provoquen enojo los malvados! Ni envidies a los que hacen mal.
Reposa en el Señor; espera con paciencia que él se manifieste. No envidies a los malvados que prosperan o te desesperes por sus perversos planes.
A los justos los guía su honestidad; a los falsos los destruye su hipocresía.
Todo el mundo sabrá con sólo verlo quién es malo, y los hipócritas no engañarán a nadie. Sus mentiras respecto a Dios y sus fraudes contra los necesitados estarán a la vista de todos.
¿Por qué, pues, nosotros, simples seres humanos, nos quejamos cuando nos castigan por nuestros pecados?
»Sin embargo, ustedes dicen: “¡El Señor no está siendo justo!”. ¡Oh pueblo de Israel!, ¿soy yo el que no es justo, o son ustedes?
―Has actuado locamente —exclamó Samuel—. Has desobedecido el mandamiento del Señor tu Dios. Él quería hacer de ti y de tus descendientes reyes de Israel para siempre,
Porque la rebelión es tan mala como el pecado de hechicería, y la soberbia es tan mala como la idolatría. Y ahora, por cuanto has rechazado la palabra del Señor, él te ha rechazado como rey.