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2 Reyes 6:33 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

33 Eliseo aún estaba diciendo esto cuando llegó el mensajero (seguido por el rey). ―El Señor ha causado toda esta aflicción —dijo el rey—. ¿Por qué he de esperar ayuda de él?

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

33 Aún estaba él hablando con ellos, y he aquí el mensajero que descendía a él; y dijo: Ciertamente este mal de Jehová viene. ¿Para qué he de esperar más a Jehová?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

33 Mientras Eliseo decía esto, el mensajero llegó, y el rey dijo: —¡Todo este sufrimiento viene del Señor! ¿Por qué seguiré esperando al Señor?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

33 Todavía estaba hablando Eliseo con ellos cuando llegó a la casa el rey: 'Esta desgracia viene de Yavé, dijo, ¿qué puedo ya esperar de Yavé?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

33 Aún hablaba con ellos, cuando he aquí el mensajero° bajaba a él, y dijo: Reconozco que esta desgracia es de parte de YHVH. ¿Qué más podría esperar de parte de YHVH?°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

33 Estaba aún hablando con ellos cuando bajó el rey y le dijo: 'Ciertamente esta desgracia viene de Yahveh. ¿Qué puedo yo esperar ya de Yahveh?'.

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2 Reyes 6:33
32 Tagairtí Cros  

Caín le dijo al Señor: ―Ese castigo es más de lo que puedo soportar.


―¿Qué haremos? —preguntó el rey de Israel—. El Señor nos ha traído aquí para que el rey de Moab nos derrote.


Eliseo le respondió: ―El Señor dice que mañana, a esta hora, ocho kilos de harina fina y el doble de cebada serán vendidos en el mercado de Samaria por una sola moneda de plata.


Pero quítale sus riquezas, ¡y ya verás cómo te maldice en tu propia cara!


Entonces dijo: «Desnudo salí del vientre de mi madre, y nada tendré cuando muera. El Señor me dio cuanto yo tenía; suyo era, y tenía derecho de llevárselo. Bendito sea el nombre del Señor».


¿Por qué te vuelves contra Dios y le echas en cara todos estos perversos razonamientos?


Su esposa le reprochó: ―¿Persistes en tu vida piadosa viendo todo lo que Dios te ha hecho? ¡Maldícelo y muérete!


Espera al Señor; él acudirá. Sé valiente, resuelto y animoso. Sí; espera, y él te ayudará.


Reposa en el Señor; espera con paciencia que él se manifieste. No envidies a los malvados que prosperan o te desesperes por sus perversos planes.


Porque los malvados serán destruidos, pero los que confían en el Señor heredarán la tierra y vivirán tranquilamente.


Pero yo callo ante el Señor, porque en él está mi esperanza.


Por su propia necedad el hombre puede echar a perder su vida y luego echarle la culpa al Señor.


Él cuidará en perfecta paz a todos los que confían en él y cuyos pensamientos buscan a menudo al Señor.


¿Quién entre ustedes teme al Señor y obedece a su siervo? Si alguno de ustedes anduviere en tinieblas, sin un solo rayo de luz, confíe en el Señor, pónganse en las manos de su Dios.


Aunque el Señor esté ahora oculto, voy a esperar a que nos ayude. En él reposa mi única esperanza.


Mi pueblo será llevado cautivo, claudicante, fatigado y hambriento. Y llevados del hambre, en su desvarío sacudirán el puño contra el cielo y maldecirán a su rey y a su Dios.


¿Por qué no dejas al estéril correr tras otros dioses? Sabes que el Señor te provee para tus necesidades, pero tú dices: «No malgastes palabras. ¡Estoy enamorada de estos extranjeros y no puedo dejar de amarlos ahora!».


¿Puede acaso suceder algo sin el permiso de Dios?


¿Por qué, pues, nosotros, simples seres humanos, nos quejamos cuando nos castigan por nuestros pecados?


»¡Oh pueblo de Israel!, ustedes están diciendo: “Nuestras acciones perversas pesan sobre nosotros; nos estamos consumiendo por nuestro sentimiento de culpa. ¿Cómo podemos seguir viviendo?”.


¿Acaso no se asusta la gente cuando escucha sonar la alarma? ¿Acaso vendrá sobre la ciudad algún castigo que no lo haya mandado el Señor?


Las cosas que planeo no ocurrirán tan pronto, pero con toda seguridad ocurrirán. Aunque pienses que se demoran en cumplirse, no te desesperes. ¡Todo acontecerá en el día que he señalado!


Jesús les contó una parábola a sus discípulos para enseñarles que debían orar siempre y sin desanimarse.


para que Satanás no se aproveche de nosotros, pues ya conocemos sus malas intenciones.


Ya es hora de perdonarlo y consolarlo, no vaya a ser que se consuma de tanta tristeza.


El rogó a su escudero: «Mátame con tu espada antes que estos paganos filisteos me capturen y me torturen». Pero como su escudero tenía miedo también, no quiso hacerlo. Entonces Saúl tomó su propia espada y se arrojó contra la punta de su hoja de modo que lo atravesó.


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