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Proverbios 15:11 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Ante el Señor están las profundidades de la muerte y del sepulcro, ¡con mayor razón el corazón de los hombres!

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Biblia Reina Valera 1960

El Seol y el Abadón están delante de Jehová; ¡Cuánto más los corazones de los hombres!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Ni la Muerte ni la Destrucción ocultan secretos al Señor, ¡mucho menos el corazón humano!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

El mundo infernal y la muerte están a la vista de Yavé, ¡cuánto más el corazón de los hombres!

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La Biblia Textual 3a Edicion

El Seol y el Abadón están delante de YHVH, ¡Cuánto más los corazones de los hijos del hombre!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

El seol y el abismo están ante Yahveh. ¡Cuánto más los corazones de los hombres!

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

El infierno y la destrucción están delante de Jehová: ¡Cuánto más los corazones de los hijos de los hombres!

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Proverbios 15:11
17 Tagairtí Cros  

Oye desde el cielo donde tú vives, y perdona, y da a cada uno lo que realmente merece, porque sólo tú conoces los pensamientos del ser humano.


Si me voy al cielo, allí estás tú. Si desciendo al lugar de los muertos, allí estás.


¿no lo sabría Dios? Sí, él conoce los secretos de cada corazón.


Pon fin a toda maldad, Señor, y bendice a todos los que genuinamente te adoran porque tú, el justo Dios, miras hasta lo profundo del corazón de todo hombre y mujer, y examinas todas sus intenciones y pensamientos.


El que abandona el camino de la justicia será castigado; el que aborrece la corrección morirá.


La plata y el oro se prueban con el fuego, pero al corazón lo prueba el Señor.


El sepulcro, la muerte y los ojos del hombre jamás se dan por satisfechos.


Sólo el Señor lo conoce, porque el examina con cuidado todos los corazones y examina los más ocultos móviles de las personas para poder dar a cada cual su recompensa según sus hechos, según como haya vivido.


Por tercera vez Jesús le preguntó: ―Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Pedro se puso triste de que Jesús le preguntara por tercera vez: «¿Me quieres?». Entonces le dijo: ―Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: ―Cuida de mis ovejas.


Luego oraron: «Señor, tú que conoces los corazones, muéstranos a cuál de estos hombres has escogido


Nada de lo que él ha creado puede esconderse de aquel a quien tendremos que rendir cuentas de nuestros hechos.


el que vive aunque estuvo muerto; pero ahora vivo para siempre y tengo las llaves del infierno y de la muerte.


Y a los hijos de esa mujer los heriré de muerte. Así sabrán todas las iglesias que yo escudriño la mente y el corazón y que a cada uno le doy su merecido.


Y eran súbditos del ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón y en griego, Apolión.


Pero el Señor le dijo: ―No juzgues al hombre por su apariencia. No, no es este. Yo no escojo como los hombres lo hacen. Los hombres juzgan por la apariencia exterior, pero yo miro el corazón.