―Ahora ven conmigo —dijo Jehú—, y comprueba cuánto amor siento por el Señor. Jonadab se fue con él.
Oseas 8:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Ahora Israel implora, diciéndome: “¡Ayúdanos porque tú eres nuestro Dios!”. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 A mí clamará Israel: Dios mío, te hemos conocido. Biblia Nueva Traducción Viviente Ahora Israel me suplica: “¡Ayúdanos, porque tú eres nuestro Dios!”. Biblia Católica (Latinoamericana) Ellos me aclaman: 'Dios mío, nosotros los de Israel te conocemos. La Biblia Textual 3a Edicion A mí clamarán: ¡Dios mío, nosotros, Israel, te conocemos!° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Ellos me invocan: '¡Dios mío!'. '¡Te conocemos los de Israel!'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Israel clamará a mí: Dios mío, te conocemos. |
―Ahora ven conmigo —dijo Jehú—, y comprueba cuánto amor siento por el Señor. Jonadab se fue con él.
Sin embargo, no destruyó los becerros de oro que se hallaban en Betel y en Dan, sino que los adoró, siguiendo así el ejemplo de Jeroboán hijo de Nabat, el cual hizo pecar a Israel.
Pero no se dejen engañar por quienes mienten diciendo que por estar aquí el templo del Señor, Dios jamás permitirá que Jerusalén sea destruida.
Yo los abandonaré y volveré a mi hogar, hasta que ellos admitan su culpa y miren hacia mí en busca de ayuda. ¡Sí, en medio de su aflicción me buscarán!».
Pero es demasiado tarde. Israel ha rechazado el bien; por eso, sus enemigos la perseguirán.
Los jueces son corruptos, pues reciben dinero para juzgar a favor de los ricos; los sacerdotes enseñan sólo si se les paga, y los falsos profetas le ponen precio a sus mensajes. Y como si esto fuera poco, mal usan el nombre del Señor, diciendo: «¡El Señor está entre nosotros! ¡Ningún mal nos puede acontecer!».
“Señor, ábrenos”, gritaron, tocando a la puerta, las que habían ido a comprar el aceite.
»No todos los que se dirijan a mí llamándome “Señor, Señor”, entrarán en el reino de los cielos. Allí sólo entrarán los que obedezcan a mi Padre que está en el cielo.
Cuando el dueño de la casa se levante y cierre la puerta, ustedes se pondrán a golpearla, y gritarán: “Señor, ábrenos”. Pero él les contestará: “No sé quiénes son ustedes”.
Dicen que conocen a Dios, pero en la práctica demuestran no conocerlo. Son odiosos, desobedientes e incapaces de hacer lo bueno.
Si alguno dice: «Yo conozco a Dios», pero no obedece sus mandamientos, miente y no dice la verdad.