Pero Siquén quedó profundamente enamorado de ella y trató de ganarse su cariño.
Oseas 2:16 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 »En aquel día ella me llamará “mi esposo” en vez de “mi señor”. Lo digo yo, el Señor. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 En aquel tiempo, dice Jehová, me llamarás Ishi, y nunca más me llamarás Baali. Biblia Nueva Traducción Viviente Al llegar ese día —dice el Señor—, me llamarás “esposo mío” en vez de “mi señor”. Biblia Católica (Latinoamericana) Por eso, ahora la voy a conquistar,
la llevaré al desierto y allí le hablaré a su corazón. La Biblia Textual 3a Edicion Y sucederá en aquel día, dice YHVH, Tú me llamarás ’Ishí,° y ya no me llamarás Ba’alí,° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero ahora yo la voy a seducir: la llevaré al desierto y le hablaré al corazón. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y será que en aquel tiempo, dice Jehová, me llamarás Ishi, y nunca más me llamarás Baali. |
Pero Siquén quedó profundamente enamorado de ella y trató de ganarse su cariño.
Hablen tiernamente a Jerusalén y díganle que han terminado sus días de dolor y amargura. Sus pecados han sido perdonados, y el Señor le dará el doble de bendiciones comparado con el castigo que ha recibido.
porque tu Creador será el «esposo» tuyo. Señor Todopoderoso es su nombre; él es tu Redentor, el Santo de Israel, el Dios de toda la tierra.
¡Oh hijos que se han alejado de mí, regresen, pues yo soy su Señor y quiero llevarlos de regreso a la tierra de Israel, uno de aquí, otro de allá, en dondequiera que estén esparcidos,
y los traeré al desierto donde serán juzgados por mí. Los juzgaré allí, y me libraré de los testarudos, tal como lo hice en el desierto después de sacarlos de Egipto.
Se empeñará en correr tras sus amantes, pero no los alcanzará. Los buscará, pero no los encontrará. Entonces pensará: “Quizás sea mejor que vuelva a mi marido, pues me iba mejor con él que con mis amantes”.
El que tiene a la novia es el novio. Pero el amigo del novio, que está a su lado y escucha la voz del novio, se llena de alegría al oír su voz. Así estoy yo, lleno de alegría.
Siento celo por ustedes, celo que Dios ha puesto en mí; anhelo que amen sólo a Cristo, como doncella pura que reserva su cariño para el hombre que la tomará por esposa.
Alegrémonos, regocijémonos y démosle gloria, porque ha llegado la hora de la boda del Cordero; y a su novia, que ya está preparada,
El hombre, tomando a un siervo y un burro para ella, fue para ver si podía hacerla regresar. Cuando llegó a la casa, ella lo dejó entrar y se lo presentó a su padre, quien estuvo encantado de conocerlo.
―Gracias, señor —contestó ella—, tú has sido bondadoso conmigo, aunque ni siquiera soy una de tus trabajadoras.