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Jueces 19:3 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

3 El hombre, tomando a un siervo y un burro para ella, fue para ver si podía hacerla regresar. Cuando llegó a la casa, ella lo dejó entrar y se lo presentó a su padre, quien estuvo encantado de conocerlo.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

3 Y se levantó su marido y la siguió, para hablarle amorosamente y hacerla volver; y llevaba consigo un criado, y un par de asnos; y ella le hizo entrar en la casa de su padre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 su marido viajó a Belén para hablar personalmente con ella y convencerla de que regresara. Llevó consigo a un siervo y a un par de burros. Cuando llegó a la casa del padre, este lo vio y le dio la bienvenida.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Su marido se puso en camino para ir a buscarla, hablarle al corazón y traerla de vuelta; con él iban su sirviente y dos burros. Ella lo hizo entrar en la casa de su padre, y apenas el padre de la joven lo vio, salió feliz a encontrarlo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Pero su marido se levantó y fue en pos de ella para hablarle cariñosamente a fin de hacerla volver. Y llevó consigo un criado y una yunta de asnos, y ella lo hizo entrar en casa de su padre. Y cuando lo vio el padre de la joven, lo recibió gozoso.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Luego su marido se puso en camino y se fue tras ella, para tratar de convencerla y hacerla volver. Llevaba consigo un criado y un par de asnos. Ella le hizo entrar en la casa de su padre; al verle, el padre de la joven se alegró por el encuentro.

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Jueces 19:3
16 Tagairtí Cros  

Pero Siquén quedó profundamente enamorado de ella y trató de ganarse su cariño.


No, no tengan miedo. Yo mismo cuidaré de sus familias. Y de esta manera les habló con mucho cariño y los tranquilizó.


Hay una ley según la cual quien se divorcia de una mujer que luego se casa con otro, no debe volver a tomarla, pues ella queda mancillada. Pero aunque tú me has abandonado y te has juntado con muchos amantes, yo te he instado a que vuelvas a mí, dice el Señor.


»Pero yo la conquistaré de nuevo, la llevaré al desierto y allí le hablaré con ternura.


»En aquel día ella me llamará “mi esposo” en vez de “mi señor”. Lo digo yo, el Señor.


»No guarden rencor contra su hermano. »Corrijan a su prójimo, cuando tengan que hacerlo, y no participen de su pecado.


»Si un hombre comete adulterio con la esposa de otro hombre, el hombre y la mujer deben morir.


Pero Dios estaba enojado, y envió un ángel para que en el camino le diera muerte. Mientras Balán y los dos siervos cabalgaban juntos,


José, su novio, como era un hombre recto, quiso romper el compromiso en secreto, para no manchar el buen nombre de la joven.


Ella dijo: ―Nadie, Señor. ―Yo tampoco te condeno. Vete y no vuelvas a pecar.


Hermanos, si descubren que alguno ha pecado, ustedes, que son espirituales, deben ayudarlo a volver al buen camino con actitud humilde. Pero cada uno debe cuidarse, porque también puede ser puesto a prueba.


Algún tiempo después durante la siega, Sansón tomó un cabrito para llevarlo como presente a su prometida, con la intención de consumar el matrimonio con ella, pero el padre de ella no lo dejó entrar.


Pero ella se enojó con él y huyó, y regresó a la casa de su padre en Belén, donde estuvo unos cuatro meses.


Ella se desplomó en la entrada de la casa y quedó allí hasta que aclaró.


El padre le pidió que se quedara un tiempo, y él se quedó tres días, y pasaron momentos agradables.


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