Y sin embargo, el sufrimiento que él padeció es el que a nosotros nos correspondía, nuestras penas eran las que lo agobiaron. Y nosotros pensábamos que sus tribulaciones eran castigo de Dios por sus propios pecados,
Números 7:15 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Trajo además, como ofrendas para ser quemadas por completo, un becerro, un carnero y un corderillo de un año. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto; Biblia Nueva Traducción Viviente Llevó un becerro, un carnero y un cordero de un año, para una ofrenda quemada, Biblia Católica (Latinoamericana) un novillo, un carnero, un cordero de un año, para el holocausto;' La Biblia Textual 3a Edicion Un becerro, un carnero, un cordero añal para el holocausto, Biblia Serafín de Ausejo 1975 un novillo, un carnero, un cordero de un año para el holocausto; Biblia Reina Valera Gómez (2023) un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto; |
Y sin embargo, el sufrimiento que él padeció es el que a nosotros nos correspondía, nuestras penas eran las que lo agobiaron. Y nosotros pensábamos que sus tribulaciones eran castigo de Dios por sus propios pecados,
También presentó una pequeña bandeja de oro llena de incienso, que pesaba unos ciento veinte gramos.
Recuerden que yo, el Hijo del hombre, no vine para que me sirvan, sino para servir y dar mi vida en rescate de muchos.
Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.
A todo el que cree, Dios lo declara justo, pues en Cristo la ley llegó a su cumplimiento.
¿Quién nos condenará? Cristo fue el que murió y volvió a la vida, el que está en el lugar de honor junto a Dios, intercediendo por nosotros.
Él dio su vida en rescate por todos. Este es el mensaje que Dios, a su debido tiempo, dio a conocer al mundo.
Él se entregó a la muerte por nosotros para poder rescatarnos de todas nuestras iniquidades y convertirnos en un pueblo que fuera suyo, dedicado a hacer el bien.
Así que, convenía que Dios, quien todo lo creó para gloria suya, permitiera los sufrimientos de Jesús para que de esa manera pudiera llevar a la gloria a muchos hijos.
Cristo mismo llevó en su cuerpo nuestros pecados a la cruz, para que muramos al pecado y llevemos una vida justa. Cristo fue herido para que ustedes fueran sanados.
Porque Cristo murió por los pecados una vez y para siempre, el justo por los injustos, para llevarlos a ustedes a Dios. Él sufrió la muerte en su cuerpo, pero el Espíritu hizo que volviera a la vida.