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Números 16:26 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

―Vamos, rápido —le dijo al pueblo—, apártense de las tiendas de estos hombres inicuos, y no toquen nada que pertenezca a ellos, o serán ustedes incluidos en su pecado y serán destruidos con ellos.

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Biblia Reina Valera 1960

Y él habló a la congregación, diciendo: Apartaos ahora de las tiendas de estos hombres impíos, y no toquéis ninguna cosa suya, para que no perezcáis en todos sus pecados.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

«¡Rápido! —le dijo a la gente—, aléjense de las carpas de estos hombres perversos y no toquen ninguna de sus pertenencias. De lo contrario, serán destruidos por el pecado de ellos».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Se dirigió a la comunidad: '¡Apártense de las tiendas de esos hombres perversos! No toquen nada de lo que les pertenece, porque si no van a morir debido a sus pecados.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y habló a la asamblea, diciendo: ¡Apartaos ahora de las tiendas de estos hombres malvados, y no toquéis nada suyo, para que no seáis barridos° con todos sus pecados!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y habló en estos términos a la comunidad: 'Por favor, alejaos de las tiendas de esos hombres perversos y no toquéis nada que sea suyo, para que no perezcáis por todos sus pecados'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y él habló a la congregación, diciendo: Apartaos ahora de las tiendas de estos hombres impíos, y no toquéis ninguna cosa suya, para que no perezcáis en todos sus pecados.

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Números 16:26
13 Tagairtí Cros  

Apenas salieron de la ciudad, uno de los ángeles les dijo: ―¡Corran para que se salven de morir! ¡No miren hacia atrás, ni se detengan en ninguna parte de esta llanura! ¡Vayan a las montañas, para que no perezcan!


¡Salgan, salgan pronto! ¡Dejen sus cadenas de esclavitud! ¡No toquen nada de la inmundicia de Babilonia! Ustedes, los que traen de regreso los utensilios del templo, ¡Purifíquense y no toquen nada impuro!


¡Huyan de Babilonia! ¡Sálvese quien pueda! ¡No dejen que los atrapen! Si se quedan, serán destruidos cuando el Señor ejecute su venganza por los actos de maldad de Babilonia.


Moisés corrió a las tiendas de Datán y Abirán seguido muy de cerca por los doscientos cincuenta jefes israelitas.


Si en alguna ciudad u hogar no los reciben ni les hacen caso, salgan de allí y sacúdanse el polvo de los pies al salir.


Ellos se sacudieron entonces el polvo de los pies, como señal, contra la ciudad y se fueron a Iconio.


―Que tu dinero perezca contigo —le contestó Pedro—, que piensas que los dones de Dios se pueden comprar.


Por eso el Señor añade: «Salgan de en medio de ellos, apártense; no toquen sus inmundicias, y yo los recibiré


No conservarás nada del botín. Entonces el Señor aplacará su furor y tendrá misericordia de ti; tendrá compasión de ti y te hará una gran nación, como prometió a tus antepasados.


No impongas con ligereza las manos a nadie, porque corres el peligro de hacerte cómplice de pecados ajenos. Consérvate limpio de pecado.


Entonces oí otra voz del cielo que decía: «Sal de esa ciudad, pueblo mío; no participes en su pecado para que no se te castigue con ella,