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Números 16:22 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Pero Moisés y Aarón se postraron en tierra, delante del Señor: ―Oh Dios, Dios de toda la humanidad, ¿has de enojarte con toda el pueblo cuando es un solo hombre el que ha pecado?

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Biblia Reina Valera 1960

Y ellos se postraron sobre sus rostros, y dijeron: Dios, Dios de los espíritus de toda carne, ¿no es un solo hombre el que pecó? ¿Por qué airarte contra toda la congregación?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Pero Moisés y Aarón cayeron rostro en tierra y rogaron: —¡Oh Dios, tú eres el Dios que da aliento a todas las criaturas! ¿Tienes que enojarte con todo el pueblo cuando solo un hombre peca?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Ellos se pusieron con el rostro en tierra y dijeron: '¡Oh Dios, Dios de los espíritus de todos los hombres! Si un solo hombre ha pecado, ¿vas a enojarte con toda la comunidad?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero ellos cayeron sobre sus rostros, y dijeron: ¡Dios, Dios del espíritu de toda carne! ¿No es un solo hombre el que pecó? ¿Por qué te enojarás contra toda la congregación?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Cayeron ellos rostro en tierra y exclamaron: '¡Oh Dios! Dios que da vida a toda carne, ¿no es uno el que pecó? ¿Por qué has de enojarte contra toda la comunidad?'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y ellos se postraron sobre sus rostros, y dijeron: Dios, Dios de los espíritus de toda carne, ¿no es un solo hombre el que pecó? ¿Por qué has de airarte contra toda la congregación?

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Números 16:22
24 Tagairtí Cros  

Finalmente, Abraham dijo: ―No te molestes mi Señor; hablaré sólo una vez más. Supongamos que sólo encontraras diez justos. Y el Señor le contestó: ―Entonces, por amor a los diez, no destruiría la ciudad.


Una vez más la ira del Señor se encendió contra Israel, e incitó a David a hacer un censo nacional.


Cuando David vio al ángel, le dijo al Señor: «Yo soy el que ha pecado. ¿Qué han hecho estas ovejas? ¡Que tu ira se encienda solamente contra mí y contra mi familia!».


Porque el alma de todo ser viviente y el hálito de toda la humanidad están en la mano de Dios.


Moisés y Aarón estaban entre sus sacerdotes, y Samuel también clamó su nombre. Ellos suplicaron al Señor su ayuda y él les respondió.


y el polvo vuelva a la tierra de donde vino, y el espíritu regrese a Dios que lo dio.


Porque no lucharé contra ustedes para siempre, ni para siempre les mostraré mi enojo. Si así fuera, perecería todo lo que tiene vida en este mundo.


Yo soy el Señor, el Dios de toda la humanidad. ¿Hay para mí algo demasiado difícil?


Juró entonces el rey Sedequías ante el Señor, Creador suyo, que no mataría a Jeremías ni lo entregaría a quienes tramaban su muerte.


Pues todas las vidas para juzgar son mías, la de padres, madres, hijos e hijas por igual, y mi resolución es esta: Es por sus propias faltas que cada persona morirá; hijos e hijas no pagarán por las faltas de los padres.


Entonces Moisés les dijo a Aarón y a sus hijos Eleazar e Itamar: «No lloren ni anden despeinados, ni se rasguen sus vestidos, en señal de duelo. Si lo hacen, el Señor se enojará contra ustedes y les dará muerte también, y hará caer su ira sobre todo el pueblo de Israel. El resto del pueblo sí puede lamentar la muerte de Nadab y Abiú y puede hacer duelo por el terrible fuego que el Señor ha enviado.


»Si un sacerdote peca, sin haber tenido la intención de hacerlo, y en consecuencia hace caer alguna culpa sobre el pueblo, debe ofrecer al Señor un becerro sin defecto, como expiación por el pecado del pueblo.


Este es el mensaje que el Señor tiene acerca de Israel: El Señor, que hizo los cielos, que puso los fundamentos de la tierra y que le dio vida al ser humano, dice esto:


Entonces Moisés y Aarón se postraron en tierra delante del pueblo de Israel;


Cuando Moisés oyó aquello se postró rostro en tierra,


―Apártate de este pueblo, para que pueda destruirlo instantáneamente. Pero Moisés y Aarón se postraron en tierra delante del Señor.


―Oh, Señor, Dios de los espíritus de los humanos, antes que yo sea llevado designa a un nuevo caudillo para el pueblo,


Así como por el pecado de uno vino la condenación a todos los seres humanos, de la misma manera, la justicia de uno nos hace justos y nos da vida.


El amor disculpa todos los errores, siempre confía en la persona amada, espera de ella lo mejor y todo lo soporta.


Por otra parte, nuestros padres humanos nos disciplinaban y los respetábamos. ¡Con cuánta mayor razón debemos someternos al Padre de los espíritus, para que tengamos vida!


y ya ustedes se vuelven a rebelar! Ustedes saben que si se rebelan hoy el Señor se enojará con todos nosotros mañana.