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Números 11:12 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

¿Acaso son hijos míos? ¿Soy yo su padre para que me impongas el deber de criarlos como si fueran criaturas, hasta que lleguemos a la tierra que prometiste a sus antepasados?

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Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

¿Concebí yo a todo este pueblo? ¿Lo engendré yo, para que me digas: Llévalo en tu seno, como lleva la que cría al que mama, a la tierra de la cual juraste a sus padres?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

¿Acaso yo los engendré? ¿Los traje yo al mundo? ¿Por qué me dijiste que los llevara en mis brazos como una madre a un bebé de pecho? ¿Cómo puedo llevarlos a la tierra que juraste dar a sus antepasados?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

¿Soy yo acaso quien lo dio a luz para que me digas: Llévalo en tu seno, como la nodriza lleva a su bebé, al país que prometiste bajo juramento a nuestros padres?

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La Biblia Textual 3a Edicion

¿Acaso concebí yo a todo este pueblo o lo engendré, para que me digas: Cárgalo en tu pecho, como una nodriza lleva al que mama, a la tierra que prometiste con juramento a sus padres?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

¿Acaso he sido yo quien ha concebido a todo este pueblo? ¿Soy yo quien lo ha dado a luz, para que me digas: 'Llévalo en tu regazo', como lleva la nodriza al niño de pecho, hasta el país que juraste dar a sus padres?

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¿Concebí yo a todo este pueblo? ¿Lo engendré yo, para que me digas: Llévalo en tu seno, como lleva la que cría al que mama, a la tierra de la cual juraste a sus padres?

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Números 11:12
20 Tagairtí Cros  

Porque el Señor, Dios del cielo, que me ordenó dejar mi tierra y mi familia, y prometió darme esta tierra como propiedad para mí y mis descendientes, enviará a su ángel delante de ti y hará que encuentres allí una doncella para que sea la esposa de mi hijo.


Vive en este país, y yo estaré contigo y te bendeciré, porque toda esta tierra te la daré a ti y a todos tus descendientes, tal como le prometí a Abraham, tu padre.


Y dijo José a sus hermanos: «Muy pronto moriré. Pero Dios ciertamente vendrá y los sacará de la tierra de Egipto, para hacerlos regresar a la tierra que él prometió a la descendencia de Abraham, Isaac, y Jacob».


Después de esto, Jehú envió cartas a las autoridades de la ciudad de Samaria y a los que cuidaban a los setenta hijos de Acab, que vivían allí. En las cartas les decía:


Entonces el administrador de los asuntos del palacio y el gobernador de la ciudad, junto con las demás autoridades de la ciudad y los que cuidaban a los hijos de Acab, le enviaron este mensaje: «Jehú, somos tus siervos y haremos todo lo que nos digas. No proclamaremos como rey a ninguno de los hijos de Acab. Queremos que tú seas nuestro rey. Haz lo que creas conveniente».


»Y cuando el Señor los haya hecho entrar en la tierra que prometió a sus antepasados hace tanto tiempo, es decir, la tierra donde viven ahora los cananeos,


El Señor le dijo a Moisés: «Lleva a este pueblo que sacaste de Egipto a la tierra que prometí a Abraham, a Isaac y a Jacob, porque yo les prometí que les daría esta tierra a sus descendientes.


Yo los introduciré en la tierra que prometí darles a Abraham, a Isaac y a Jacob. Sí, yo les daré a ustedes esa tierra. Moisés le contó al pueblo lo que Dios había dicho; pero ellos estaban muy contrariados por las trágicas consecuencias de lo que les había dicho anteriormente, y no quisieron oírlo.


Como pastor apacentará su rebaño, llevará en brazos los corderillos y suavemente guiará las ovejas con cría.


¡Jamás! ¿Podrá la madre olvidar a su criaturita y no amar a su propio hijo? Pues aunque eso fuera posible, yo no los olvidaré.


Reyes y reinas les servirán, atenderán a todas sus necesidades. Ante ustedes se inclinarán hasta el suelo y lamerán el polvo de sus pies; entonces sabrán que yo soy el Señor. Los que en mí esperan no serán avergonzados jamás.


Y pondré un gran pastor sobre todo mi pueblo, ¡a mi servidor David! ¡Él apacentará a mi pueblo y será su pastor!


»Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.


porque aunque haya diez mil personas más que les enseñen de Cristo, el padre espiritual de ustedes soy yo. Yo los engendré en Cristo por medio del evangelio.


Hijitos míos, ¡de nuevo sufro dolores de parto hasta que Cristo se forme en ustedes!


Él nos ha cuidado en nuestra peregrinación por el desierto de la manera que un padre cuida a sus hijos”.


Como somos apóstoles de Cristo, hubiéramos podido ser exigentes con ustedes; sin embargo, los tratamos con ternura, como una madre que alimenta y cuida a sus hijos.