Números 10:35 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Cuando el cofre empezaba a moverse, Moisés exclamaba: «Levántate; oh Señor, y esparce a tus enemigos; que huyan delante de ti».

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Cuando el arca se movía, Moisés decía: Levántate, oh Jehová, y sean dispersados tus enemigos, y huyan de tu presencia los que te aborrecen.

Biblia Nueva Traducción Viviente

Siempre que el arca salía, Moisés gritaba: «¡Levántate, oh Señor y que se dispersen tus enemigos! ¡Que huyan ante ti!»;

Biblia Católica (Latinoamericana)

Cuando el Arca partía, Moisés decía: '¡Levántate, Yavé! ¡Que se dispersen tus enemigos, que huyan ante ti los que te odian!'

La Biblia Textual 3a Edicion

Y sucedía que al partir el Arca, Moisés exclamaba: ¡Levántate, oh YHVH! ¡Sean dispersados tus enemigos, Y huyan de ti los que te aborrecen!°

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Cuando el arca se ponía en marcha, decía Moisés: 'Levántate, Yahveh; que tus enemigos se dispersen y huyan de tu presencia los que te odian'.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y sucedió que, al moverse el arca, Moisés decía: Levántate, Jehová, y sean disipados tus enemigos, y huyan de tu presencia los que te aborrecen.

Números 10:35 Tagairtí Cros

Salmos 132:8

Levántate, Señor, y entra en tu santuario, con el cofre, símbolo de tu poder.

Salmos 3:8

La salvación viene de Dios. Envía su bendición a todo su pueblo.

Salmos 9:19

¡Oh Señor, levántate! No dejes que el hombre domine. ¡Haz que las naciones se presenten delante de ti!

Salmos 94:16

¿Quién me protegerá de los malvados? ¿Quién estará de mi parte en contra de los malhechores?

Isaías 51:9

¡Despierta, oh Señor! ¡Levántate y vístete con tu manto de fortaleza! ¡Álzate como antaño, cuando destruiste a los egipcios!

Deuteronomio 32:41

que sacaré filo al rayo de mi espada, y derramaré mi castigo sobre mis enemigos.

Deuteronomio 7:10

Pero los que lo odian, él mismo los castigará y destruirá.

1 Samuel 4:3

Cuando los israelitas regresaron a su campamento, sus caudillos discutían la causa por la que el Señor había permitido que fueran derrotados. «Traigamos el cofre desde Siló —dijeron—. Si la llevamos con nosotros a la batalla, el Señor estará entre nosotros y seguramente nos salvará de nuestros enemigos».