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Nehemías 1:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

uno de mis compatriotas, un judío llamado Jananí, vino a visitarme con algunos hombres que habían llegado de Judá. Aproveché la oportunidad para preguntarles: ―¿Cómo está la ciudad de Jerusalén y cómo están los judíos que escaparon de ir cautivos a Babilonia?

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Biblia Reina Valera 1960

que vino Hanani, uno de mis hermanos, con algunos varones de Judá, y les pregunté por los judíos que habían escapado, que habían quedado de la cautividad, y por Jerusalén.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Hananí, uno de mis hermanos, vino a visitarme con algunos hombres que acababan de llegar de Judá. Les pregunté por los judíos que habían regresado del cautiverio y sobre la situación en Jerusalén.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Uno de mis hermanos, Jananí, acababa de llegar de Judá con algunos hombres; les pregunté sobre los judíos, sobre los sobrevivientes que habían regresado del cautiverio, y sobre Jerusalén.

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La Biblia Textual 3a Edicion

llegó Hanani, uno de mis hermanos, con algunos hombres desde Judá. Y les pregunté acerca de los judíos evadidos, sobrevivientes del cautiverio, y acerca de Jerusalem.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

llegó de Judá Jananí, uno de mis hermanos, con algunos hombres, y les pregunté por los judíos, el resto salvado de la cautividad, y por Jerusalén.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

que vino Hanani, uno de mis hermanos, él y ciertos varones de Judá, y les pregunté por los judíos que habían escapado, que habían quedado de la cautividad, y por Jerusalén.

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Nehemías 1:2
12 Tagairtí Cros  

Los reyes de Sodoma y Gomorra, al verse derrotados, intentaron huir junto con sus ejércitos, pero cayeron en los pozos de alquitrán que había en el valle de Sidín. Los que lograron salir de allí, se escondieron en la montaña.


El rey Nabucodonosor se llevó diez mil cautivos de Jerusalén, incluyendo a los príncipes y a los mejores soldados, artífices y herreros. Quedó solamente la gente más pobre de aquella tierra.


Sin embargo, dejó a los más pobres de la tierra, para que se encargaran de cultivar los viñedos y los campos.


Sin embargo, hemos quebrantado tus mandamientos nuevamente y nos hemos casado con las mujeres de estos pueblos que tienen costumbres perversas. Seguramente en tu ira nos destruirás ahora, y ni siquiera un pequeño remanente escapará.


ordené asumir el gobierno de Jerusalén a mi hermano Jananí y a Jananías, el comandante de la fortaleza, hombre muy fiel que temía a Dios, más que cualquier otro en el pueblo.


Ni uno de ellos escapará a mi cólera excepto los que se arrepientan de haber venido y huyan de los demás para volver a su propio país.


Entonces, cuando estén como exiliados entre las naciones, se acordarán de mí porque yo quitaré su amor por esos ídolos horribles, y evitaré que sus ojos sigan buscando con lujuria esas imágenes idolátricas que son solo basura. Entonces por fin ellos sentirán remordimientos por toda esta maldad que cometieron.


Cualquiera que logre escapar estará solitario como si fuera una paloma escondida en las montañas, cada uno llorando por sus propias maldades.