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Nehemías 1:3 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

3 ―Pues te diremos que las cosas no andan muy bien —contestaron—. Los que regresaron del destierro sufren grandes males y humillaciones. Los muros de Jerusalén aún están medio derribados y las puertas están quemadas.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Me dijeron: «Las cosas no andan bien. Los que regresaron a la provincia de Judá tienen grandes dificultades y viven en desgracia. La muralla de Jerusalén fue derribada, y las puertas fueron consumidas por el fuego».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Me respondieron: 'Allá abajo, en la provincia, los que volvieron del cautiverio, los sobrevivientes, viven en la miseria y en medio de humillaciones; la muralla de Jerusalén está llena de hoyos y sus puertas, quemadas'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Y me dijeron: Los del remanente que quedan de la cautividad allí en la provincia están en gran desventura y humillación, y el muro de Jerusalem está lleno de brechas, y sus puertas han sido devastadas por el fuego.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Y me respondieron: 'El resto salvado, los que se han librado de la cautividad, están ahora allí en la provincia llenos de aflicción y de afrenta. La muralla de Jerusalén está llena de brechas, y sus puertas están destruidas por el fuego'.

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Nehemías 1:3
33 Tagairtí Cros  

yo arrancaré al pueblo de Israel de esta tierra que les he dado. Los arrancaré de este templo que he santificado para mi nombre y los echaré fuera de mi vista; e Israel será el centro de las burlas de las naciones, ejemplo y proverbio de un desastre repentino.


Luego dirigió a las fuerzas babilónicas en la destrucción de las murallas de Jerusalén.


Y luego quemó el templo, derribó los muros de Jerusalén, quemó todos los palacios y destruyó todo lo que tenía valor.


Esta es la lista de los cautivos judíos que regresaron a Jerusalén y a las otras ciudades de Judá. Todos ellos eran hijos de los judíos que fueron llevados cautivos a Babilonia por el rey Nabucodonosor.


Queremos informarle que fuimos al templo del gran Dios, y descubrimos que está siendo reconstruido con grandes piedras. Además vimos que se están colocando maderas en las murallas de la ciudad. La obra está avanzando con gran rapidez y éxito.


Los demás israelitas, los sacerdotes, los levitas, los ayudantes del templo, y los descendientes de los servidores de Salomón habitaron en sus respectivas propiedades en los diversos pueblos y ciudades de Judá. Los siguientes son los jefes de provincias que se quedaron viviendo en Jerusalén:


Salimos por la puerta del Valle rumbo a la fuente del Dragón y luego a la puerta del Basurero. Inspeccioné las murallas que habían sido destruidas y las puertas que habían sido quemadas.


Entonces les dije: ―Ustedes conocen bien el estado calamitoso de nuestra ciudad. Saben muy bien que las murallas están en ruinas y las puertas están quemadas. ¡Vamos! ¡Reedifiquemos los muros de Jerusalén y no permitamos que se sigan burlando de nosotros!


pero le respondí: ―¡Deseo larga vida a Su Majestad! Pero, ¿cómo no voy a estar triste, si la ciudad donde están las tumbas de mis antepasados está en ruinas, y sus puertas están quemadas?


La siguiente es una lista de los nombres de los judíos que regresaron a Jerusalén y a las demás ciudades de Judá después de haber sido exiliados por el rey Nabucodonosor de Babilonia.


Era el tercer año del reinado del rey Asuero, emperador del extenso imperio medo-persa, que estaba formado por ciento veintisiete provincias y se extendía desde la India hasta Etiopía.


Nuestros vecinos se mofan de nosotros; somos el centro de las burlas de quienes nos rodean.


Como ciudad con sus murallas destrozadas es el hombre que no se sabe dominar.


Por eso es que he destituido a sus sacerdotes y destruido a Israel, exponiéndolo a la vergüenza.


Derribaré las cercas y dejaré que mi viña sea pisoteada por las vacas y ovejas que en ella pastan.


Los haré repulsivos para todas las naciones de la tierra, y serán objeto de burla, mofa y maldición dondequiera que yo los obligue a ir.


Los esparciré por la superficie de la tierra y en toda nación en donde yo les ponga recibirán ofensas, silbidos y burlas,


Mientras tanto el ejército incendió a Jerusalén, inclusive el palacio, y derribó las murallas de la ciudad.


»Porque el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel, dice: Así como mi ira y mi furia cayeron sobre el pueblo de Jerusalén, así caerá sobre ustedes cuando entren en Egipto. Los recibirán con disgusto y odio, los maldecirán y afrentarán, y jamás volverán a ver su patria.


Ataquen la ciudad y causen mucho daño, pero no la destruyan del todo. Desciende a los viñedos y destrúyelos, pero deja con vida unos cuantos esparcidos. Arranca los sarmientos de cada vid, pues no son del Señor.


y puso al ejército caldeo a demoler las murallas de la ciudad.


Y ahora, en medio de toda su aflicción, Jerusalén recuerda toda su historia de sufrimiento, como cuando cayó en poder del enemigo y nadie la ayudó, y cuando sus enemigos vieron su caída se burlaron de ella.


Las puertas de Jerusalén han caído por el suelo; el Señor destruyó por completo sus cerrojos. Su rey y sus príncipes andan como extranjeros en tierras lejanas. Ya no hay ley y sus profetas ya no tienen visiones de parte del Señor.


Señor, tú has escuchado los insultos y burlas que dirigen contra mí todo el día,


¡Oh Señor, acuérdate de lo que nos ha pasado; mira todo lo que aun tenemos que soportar!


Haré que sus ciudades queden desiertas, destruiré los lugares de adoración, y no responderé a sus ofrendas de incienso.


Los esparciré entre las naciones, y los destruiré. Sus tierras serán desoladas y sus ciudades quedarán destruidas.


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