Miqueas 3:4 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Por eso, cuando rueguen al Señor que los ayude en los tiempos difíciles, él no les hará caso. Cuando procuren su ayuda, el Señor se les esconderá, pues está enojado por los crímenes que ustedes cometen. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces clamaréis a Jehová, y no os responderá; antes esconderá de vosotros su rostro en aquel tiempo, por cuanto hicisteis malvadas obras. Biblia Nueva Traducción Viviente ¡Y luego, cuando tienen problemas, suplican la ayuda del Señor! ¿Realmente esperan que él les responda? Después de todo el mal que han hecho, ¡ni siquiera los mirará!». Biblia Católica (Latinoamericana) pero cuando me llamen no les haré caso, sino que les ocultaré mi cara por sus malas acciones. La Biblia Textual 3a Edicion Pues cuando clamen a YHVH, Él no responderá, Esconderá su rostro en ese tiempo, Por vuestros hechos perversos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 clamarán a Yahveh, y no les responderá; les ocultará su rostro entonces, por los crímenes que cometieron. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces clamarán a Jehová y no les responderá; antes esconderá de ellos su rostro en aquel tiempo, por cuanto hicieron malvadas obras. |
Gritaron pidiendo ayuda, pero nadie se atrevió a rescatarlos; clamaron al Señor, pero él se negó a responderles.
Entonces ellos me llamarán, pero no les responderé; me buscarán ansiosos, pero no me encontrarán.
El que no presta atención a la ley aun sus oraciones son detestables.
De ahora en adelante, cuando oren con las manos levantadas al cielo, no miraré ni escucharé. Por más oraciones que hagan, no escucharé, porque sus manos son manos de asesinos, están manchadas con la sangre de víctimas inocentes.
Pero al malvado díganle: «Tu condenación es segura. También tú recibirás la paga que mereces. Ya viene el castigo que te has ganado».
Por lo tanto, dice el Señor, dejaré que caigan desgracias sobre ellos y no escaparán. Por más que se quejen de su mal, no atenderé sus súplicas.
Cuando ayunen, no pondré atención; cuando me presenten sus ofrendas y sacrificios, no los aceptaré. Lo que les daré como respuesta será guerra, hambre y enfermedad.
los babilonios penetrarán, y los habitantes de esta ciudad pueden darse por muertos, pues en mi cólera he decidido destruirlos. Los he abandonado por sus maldades, y no me compadeceré de ellos cuando pidan auxilio.
los profetas anunciando mentiras y los sacerdotes muy contentos apoyándolos. Y al pueblo parece que le gusta esta situación. ¡¿Dónde irá a parar toda esta locura?!
¡Por todo ello no me apiadaré, ni perdonaré, y aunque clamen por misericordia no les tendré lástima!».
Esos profetas y adivinos quedarán en ridículo, serán el hazmerreír de todos; no tendrán nada que decir, pues Dios no les dará mensajes.
La tierra de nuestros enemigos quedará convertida en un desierto a consecuencia de los horribles actos de maldad de sus habitantes.
Fue por esta situación que cuando ellos clamaron a mí, yo no atendí a sus ruegos, así como ellos no quisieron obedecerme cuando yo les hablé.
El día del juicio muchos me dirán: “Señor, nosotros predicamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios y realizamos muchísimos milagros”.
Cuando el dueño de la casa se levante y cierre la puerta, ustedes se pondrán a golpearla, y gritarán: “Señor, ábrenos”. Pero él les contestará: “No sé quiénes son ustedes”.
Sabemos que Dios no escucha a los pecadores, pero sí escucha a los que lo adoran y hacen su voluntad.
pues al que no ha tenido compasión se le juzgará sin compasión. Y el que ha mostrado compasión triunfará a la hora del juicio.
Cuando llegue ese día, ustedes derramarán amargas lágrimas a causa del rey que piden hoy, pero el Señor no les ayudará.