Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Mateo 9:23 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Al llegar a la casa del jefe judío y escuchar el alboroto de los presentes y la música fúnebre,

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Al entrar Jesús en la casa del principal, viendo a los que tocaban flautas, y la gente que hacía alboroto,

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Cuando Jesús llegó a la casa del oficial, vio a una ruidosa multitud y escuchó la música del funeral.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Al llegar Jesús a la casa del jefe, vio a los flautistas y el alboroto de la gente.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Cuando llegó a la casa del principal,° viendo a los flautistas y a la muchedumbre que alborotaba,

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Cuando Jesús llegó a la casa del dignatario y vio a los flautistas y el tumulto que hacía la gente

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y cuando Jesús llegó a casa del principal, y vio los tañedores de flautas, y la gente que hacía bullicio,

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Mateo 9:23
12 Tagairtí Cros  

Tanto los grandes como los pequeños morirán en esta tierra, insepultos y sin haber quien los llore. Sus amigos no se harán heridas ni se raparán la cabeza en señal de dolor, como es la costumbre.


Puedes suspirar, pero en forma silenciosa. Que no haya duelo ni llanto ante su tumba, no te descubras la cabeza ni los pies como es la costumbre en estos casos, ni tampoco aceptes la comida que te traigan los amigos para consolarte».


“Si tocamos la flauta ustedes no bailan, y si cantamos canciones tristes ustedes no lloran”.


Se parecen a los niños que se sientan en la plaza y les gritan a otros niños: “Tocamos la flauta, y ustedes no bailaron; cantamos canciones tristes, y ustedes no lloraron”.


Pablo corrió escaleras abajo, se acostó sobre él, y lo abrazó. ―¡No se alarmen! —dijo—. ¡Está vivo!


Pedro accedió. Al llegar, lo llevaron a la sala donde reposaba el cadáver de Dorcas. El cuarto estaba lleno de viudas que lloraban mientras mostraban las túnicas y vestidos que Dorcas había hecho.


Nunca se volverá a escuchar en ella la música de los cantantes, el vibrar del arpa, la flauta y la trompeta. Jamás volverá a verse en ella industria de ningún tipo, y cesará la molienda de granos.