Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Mateo 26:7 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Durante la cena, una mujer se le acercó con un frasco de un perfume costosísimo y se lo echó en la cabeza.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

vino a él una mujer, con un vaso de alabastro de perfume de gran precio, y lo derramó sobre la cabeza de él, estando sentado a la mesa.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Mientras comía, entró una mujer con un hermoso frasco de alabastro que contenía un perfume costoso, y lo derramó sobre la cabeza de Jesús.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Se acercó a él una mujer, mientras estaba a la mesa, con un frasco de mármol precioso lleno de un perfume muy caro, y se lo derramó en la cabeza.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

se le acercó una mujer que tenía un frasco de alabastro,° lleno de un ungüento muy costoso, y estando reclinado° a la mesa, lo derramó sobre su cabeza.

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

se le acercó una mujer con un frasco de alabastro, lleno de perfume de mucho valor, y se lo derramó en la cabeza mientras él estaba a la mesa.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

vino a Él una mujer, trayendo un frasco de alabastro de ungüento de mucho precio, y lo derramó sobre la cabeza de Él, estando Él sentado a la mesa.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Mateo 26:7
12 Tagairtí Cros  

Un día, el profeta Eliseo le dijo a uno de los discípulos de los profetas: «Prepárate para ir a Ramot de Galaad. Toma este vaso de aceite contigo


Es como el buen aceite que, desde la cabeza, va descendiendo por la barba, por la barba de Aarón, hasta el borde de sus vestiduras.


Las moscas muertas dan mal olor y echan a perder el perfume. Un pequeño error puede pesar más que gran sabiduría y honra.


Usa buena ropa y un poquito de perfume.


¡Qué fragante es tu loción, y qué agradable tu nombre! Con razón te aman todas las doncellas.


Han llevado agradable incienso y perfume como ofrenda al dios Moloc. Han ido lejos, hasta el infierno mismo, en busca de nuevos dioses a quienes amar.


Al ver esto, los discípulos se enojaron. ―¡Qué desperdicio! —dijeron—.


Jesús estaba en Betania, en casa de Simón al que llamaban el leproso. Mientras comían, llegó una mujer con un frasco de alabastro lleno de un perfume hecho de nardo puro, muy costoso. Rompió el frasco y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús.


Tú no me ungiste la cabeza con aceite, pero ella me ungió los pies con perfume.