El rey Acab le respondió: «¡No te jactes de la victoria sin siquiera haber peleado todavía!».
Mateo 26:40 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Cuando fue adonde había dejado a los tres discípulos, los halló dormidos. «Pedro —dijo—, ¿no pudieron quedarse despiertos conmigo ni siquiera una hora? Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? Biblia Nueva Traducción Viviente Luego volvió a los discípulos y los encontró dormidos. Le dijo a Pedro: «¿No pudieron velar conmigo ni siquiera una hora? Biblia Católica (Latinoamericana) Volvió donde sus discípulos, los halló dormidos; y dijo a Pedro: '¿De modo que no pudieron permanecer despiertos ni una hora conmigo?' La Biblia Textual 3a Edicion Luego va a los discípulos, y hallándolos durmiendo, dice a Pedro: ¿No pudisteis velar conmigo una sola hora? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Vuelve luego a los discípulos y los encuentra durmiendo. Y dice a Pedro. '¿De modo que no habéis podido velar una sola hora conmigo? Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y vino a sus discípulos y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? |
El rey Acab le respondió: «¡No te jactes de la victoria sin siquiera haber peleado todavía!».
Cierta noche, mientras dormía, se me despertó en sueños el corazón. Oí la voz de mi amado; ¡llamaba a la puerta de mi recámara! «Ábreme, amada mía; amor mío, mi linda paloma», decía, «pues mi cabeza está empapada de rocío; la humedad de la noche corre por mi cabello».
―¡Aunque me cueste la vida, no te negaré! —insistió Pedro. Y los demás discípulos dijeron lo mismo.
«Tengo el alma llena de tristeza y angustia mortal. Quédense aquí conmigo. No se duerman».
Manténganse despiertos y oren, para que la tentación no los venza. Porque es cierto que el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil».
Se volvió de nuevo a ellos y los halló dormidos por segunda vez. ¡Tan agotados estaban!
Después regresó a donde estaban sus discípulos y los encontró dormidos. Le dijo a Pedro: «Simón, ¿estás dormido? ¿No pudiste mantenerte despierto ni una hora?
Cuando terminó de orar, volvió adonde estaban los discípulos y los encontró dormidos, estaban agotados por la tristeza.
Pedro y sus compañeros se habían quedado dormidos, rendidos por el cansancio. Pero cuando se despertaron, vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él.
y en la mañana, en cuanto haya aclarado, ataca a la ciudad. Cuando él y los que están con él salgan en contra tuya, podrás hacer con ellos lo que quieras».