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Mateo 21:5 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

«Díganle a Jerusalén: “Tu Rey vendrá a ti sentado humildemente sobre un burrito”».

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Biblia Reina Valera 1960

Decid a la hija de Sion: He aquí, tu Rey viene a ti, Manso, y sentado sobre una asna, Sobre un pollino, hijo de animal de carga.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

«Dile a la gente de Jerusalén: “Mira, tu Rey viene hacia ti. Es humilde y llega montado en un burro: montado en la cría de una burra”».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Digan a la hija de Sión: 'Mira que tu rey viene a ti con toda sencillez, montado en una burra, un animal de carga.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Decid a la hija de Sión:° He aquí, tu Rey viene a ti, Manso, y sentado sobre un asna, y sobre un pollino, hijo de bestia de carga.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Decid a la hija de Sión: mira que tu rey viene a ti, lleno de mansedumbre y montado en una asna y en un pollino, hijo de una bestia de carga.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Decid a la hija de Sión: He aquí tu Rey viene a ti, manso, y sentado sobre una asna, y un pollino hijo de animal de yugo.

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Mateo 21:5
39 Tagairtí Cros  

El cetro estará en las manos de Judá, y el bastón de gobernante estará en sus pies, hasta que llegue el rey por excelencia, a quien todos los pueblos obedecerán.


―¿Para qué es esto? —preguntó el rey a Siba. Y Siba le respondió: ―Los burros son para que la familia de mi señor, el rey, monte en ellos; el pan y las frutas son para que sus soldados coman. El vino deben llevarlo al desierto por si alguno desfallece de sed.


Cuando ellos estuvieron presentes, les dijo: ―Lleven a Salomón y a los funcionarios de la corte a Guijón. Salomón cabalgará en mi propia mula,


Salomón edificó un gran establo para sus caballos, en el cual metió un gran número de carros de guerra y caballos. Llegó a tener mil cuatrocientos carros y doce mil caballos, que mantenía en sus caballerizas y en Jerusalén.


Sálvame, para que pueda alabarte públicamente en presencia del pueblo en las puertas de Jerusalén, y pueda regocijarme porque me has rescatado.


Cante jubiloso su canto de reconocimiento todo el pueblo de Jerusalén. Porque grande y poderoso es el Santo de Israel, que mora entre ustedes.


¡Oh heraldo de buenas noticias, grítale a Jerusalén desde la cumbre de los montes! ¡Grítale más alto! ¡Sin temor! Diles a las ciudades de Judá: «¡Ya viene Dios!».


Miren, el Señor ha enviado sus mensajeros a todas las naciones y ha dicho: Digan a mi pueblo: Yo, el Señor, Dios de ustedes, vengo a salvarlos, yo les daré la libertad.


¡Y yo, el Señor, seré su Dios, y mi siervo David será un príncipe entre mi pueblo! Yo, el Señor, lo he dicho.


Y entonces mi servidor David será su rey, su único pastor; y ellos seguirán mis instrucciones y todos mis deseos.


Pero tendré compasión de la tribu de Judá. Personalmente la libraré de sus enemigos, sin ayuda alguna de sus ejércitos ni de sus armas».


Pero tú, Belén Efrata, aunque eres sólo un pequeño pueblo de Judá, serás el lugar de donde nacerá el rey que gobernará a Israel. Este rey pertenece a una familia muy antigua y su linaje se remonta hasta tiempos muy lejanos.


Jacob se levantará con poder y destruirá muchas ciudades».


Lleven mi yugo y aprendan de mí, que soy manso y de corazón humilde. Así hallarán descanso para el alma,


y preguntaron: ―¿Dónde está el recién nacido rey de los judíos? Vimos su estrella en el lejano oriente y venimos a adorarlo.


»“Y tú, Belén, que estás en Judá, no eres la menos importante de Judá, porque de ti saldrá un caudillo que guiará a mi pueblo Israel”».


Los dos discípulos obedecieron,


Entonces les explicó todo lo que las Escrituras decían acerca de él, comenzando por Moisés y siguiendo por todos los profetas.


Natanael exclamó: ―Maestro, ¡tú eres el Hijo de Dios! ¡Tú eres el Rey de Israel!


Cuando yo, Pablo, les ruego algo, lo hago con la misma ternura y bondad de Cristo. Sin embargo, se ha dicho que cuando les escribo soy fuerte, pero que cuando lo hago personalmente soy suave.


No usará el cargo para aumentar sus posesiones de caballos, ni enviará sus hombres a Egipto para aumentar sus caballerizas porque el Señor te ha dicho: “No vuelvas a Egipto otra vez”.


Tuvo cuarenta hijos y treinta nietos que cabalgaban en setenta burros. Fue juez de Israel durante ocho años.


»Que todo Israel, ricos y pobres, se unan en sus alabanzas: los que cabalgan en burros blancos y se sientan en ricas alfombras y los que son pobres y deben caminar.