Yo anduve desviado hasta que tú me disciplinaste, ahora obedezco tu palabra.
Mateo 20:34 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Jesús, compadecido, les tocó los ojos. Al instante pudieron ver; y siguieron a Jesús. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces Jesús, compadecido, les tocó los ojos, y en seguida recibieron la vista; y le siguieron. Biblia Nueva Traducción Viviente Jesús se compadeció de ellos y les tocó los ojos. ¡Al instante pudieron ver! Luego lo siguieron. Biblia Católica (Latinoamericana) Jesús sintió compasión y les tocó los ojos. Y al momento recobraron la vista y lo siguieron. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces Jesús, movido a compasión, les tocó los ojos, y al instante recobraron la vista, y lo siguieron. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Jesús, movido a compasión, les tocó los ojos, y al momento recobraron la vista y lo siguieron. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces Jesús, teniendo compasión de ellos, tocó sus ojos, y al instante sus ojos recibieron la vista; y le siguieron. |
Yo anduve desviado hasta que tú me disciplinaste, ahora obedezco tu palabra.
Me hizo bien haber sido afligido, pues me enseñó a poner atención a tus leyes.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y lleno de amor.
Cuando Jesús llegó, encontró que una vasta multitud lo esperaba y, compadecido, sanó a los enfermos.
―Me da lástima toda esta gente —dijo Jesús en voz baja a sus discípulos—. Hace tres días que están aquí y ya no tienen nada que comer. No quiero enviarlos a sus casa sin comer, porque se desmayarían en el camino.
Ya cerca de Jerusalén, en el pueblo de Betfagué, junto al monte de los Olivos, Jesús envió a dos de los discípulos al pueblo cercano.
Jesús fue y la tocó, y la fiebre la dejó; y ella se levantó a servirlos.
Entonces él les tocó los ojos y dijo: —Hágase realidad lo que han creído.
Al ver a las multitudes, sintió compasión de ellas, porque eran como ovejas desamparadas y dispersas que no tienen pastor.
Jesús se lo llevó aparte para estar a solas con él; le puso los dedos en los oídos y le tocó la lengua con saliva.
En ese mismo instante el ciego recobró la vista. Se fue siguiendo a Jesús y alabando a Dios. Y toda la gente que vio esto también alababa a Dios.
Jesús les ordenó: ―¡Basta ya, déjenlos! Entonces tocó la oreja del hombre y lo sanó.
para que les abras los ojos y dejen las tinieblas para venir a la luz, para que dejen el poder de Satanás por el de Dios. Y así, por la fe en mí, reciban el perdón de los pecados y la herencia junto con el santo pueblo de Dios”.
Por eso era necesario que en todo fuera semejante a sus hermanos, pues sólo así podía ser un sumo sacerdote fiel y misericordioso al servicio de Dios, con el propósito de pagar por los pecados del pueblo.
En fin, vivan ustedes en armonía unos con otros. Compartan sus penas y alegrías, ámense como hermanos, tengan compasión y sean humildes.