Esa mujer que ha abandonado al compañero de su juventud y se ha olvidado del compromiso que hizo con Dios.
Mateo 19:6 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Los dos serán uno, no dos. Y ningún hombre debe separar lo que Dios juntó. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. Biblia Nueva Traducción Viviente Como ya no son dos sino uno, que nadie separe lo que Dios ha unido. Biblia Católica (Latinoamericana) De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre. La Biblia Textual 3a Edicion Así que ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios unció al mismo yugo° no lo separe un hombre. Biblia Serafín de Ausejo 1975 De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Por consiguiente, lo que Dios unió, no lo separe el hombre'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Así que no son ya más dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios unió, no lo separe el hombre. |
Esa mujer que ha abandonado al compañero de su juventud y se ha olvidado del compromiso que hizo con Dios.
Y todavía se atreven a preguntar: «¿Por qué nos ha abandonado Dios?». Les diré por qué: Porque el Señor ha visto que ustedes no han cumplido su compromiso con aquellas mujeres con quienes se casaron cuando eran jóvenes.
Porque el Señor, el Dios de Israel, dice que odia el divorcio y a los hombres crueles. Por eso, ¡tengan cuidado, no cometan ningún tipo de traición!
y que el hombre debe abandonar al padre y a la madre para unirse a su esposa.
―Entonces, ¿por qué dice Moisés que uno puede romper los lazos matrimoniales con su esposa siempre y cuando le dé una carta de divorcio? —le preguntaron.
Por ejemplo, cuando una mujer se casa, la ley la ata al esposo mientras este viva. Pero si el esposo muere, ella deja de estar atada a la ley que la unía a su esposo.
Así deben amar los esposos a sus esposas: como aman a su propio cuerpo. ¡El hombre que ama a su esposa se ama a sí mismo!
Todos deben respetar el matrimonio y ser fieles en sus relaciones matrimoniales, porque Dios juzgará a los adúlteros y a todos los que cometen inmoralidades sexuales.