Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Mateo 15:23 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Jesús no le respondió ni una sola palabra. Sus discípulos se le acercaron y le dijeron: ―Dile que se vaya, que ya nos tiene cansados.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Pero Jesús no le contestó ni una palabra. Entonces sus discípulos le pidieron que la despidiera. «Dile que se vaya —dijeron—. Nos está molestando con sus súplicas».

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Pero Jesús no le contestó ni una palabra. Entonces sus discípulos se acercaron y le dijeron: 'Atiéndela, mira cómo grita detrás de nosotros.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Pero Él no le respondió palabra. Entonces, acercándose sus discípulos, le rogaban, diciendo: Despídela, que grita detrás de nosotros.

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pero él no le respondió palabra. Y sus discípulos, acercándose a él, le suplicaban: 'Atiéndela; que viene gritando detrás de nosotros'.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Pero Él no le respondió palabra. Y sus discípulos vinieron y le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Mateo 15:23
8 Tagairtí Cros  

José los reconoció instantáneamente, pero hizo como que no los conocía. ―¿De dónde son ustedes? —les preguntó ásperamente. ―Somos de Canaán —respondieron—. Hemos venido a comprar trigo.


Te imploro que me ayudes, Señor, porque tú eres mi roca de salvación. Si no quieres responderme y guardas silencio, ¡prefiero mejor la muerte que la vida!


¡Por más que grite y clame no me pone nada de atención!


Al atardecer, los discípulos se le acercaron y le dijeron: ―Ya pasó la hora de la cena y aquí en el desierto no hay nada que comer. Despide a la gente para que vaya por los pueblos a comprar alimentos.


Una cananea, que vivía por allí, se le acercó suplicante: ―¡Ten misericordia de mí, Señor, Hijo de David! Mi hija tiene un demonio que la atormenta constantemente.


Entonces Jesús le dijo a la mujer: ―Me enviaron a ayudar a las ovejas perdidas de Israel, no a los gentiles.


¿Recuerdas cómo te condujo el Señor a través del desierto durante estos cuarenta años, humillándote y probándote para saber dónde estaban tus prioridades y si realmente obedecerías o no sus mandamientos?