Pero cuando el rey Joacim, los oficiales del ejército y los dignatarios oyeron lo que decía, el rey envió a matarlo. Urías se enteró de la orden y huyó a Egipto.
Mateo 14:5 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Herodes lo habría matado en seguida, pero temía que el pueblo se le rebelara, ya que la gente consideraba que Juan era profeta. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y Herodes quería matarle, pero temía al pueblo; porque tenían a Juan por profeta. Biblia Nueva Traducción Viviente Herodes quería matar a Juan pero temía que se produjera un disturbio, porque toda la gente creía que Juan era un profeta. Biblia Católica (Latinoamericana) Herodes quería matarlo, pero tenía miedo de la gente, que consideraba a Juan como un profeta. La Biblia Textual 3a Edicion Y quería matarlo, pero temía al pueblo porque lo tenían por profeta. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y aunque quería matarlo, temía al pueblo, porque lo tenían por profeta. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y quería matarle, pero temía al pueblo, porque le tenían como a profeta. |
Pero cuando el rey Joacim, los oficiales del ejército y los dignatarios oyeron lo que decía, el rey envió a matarlo. Urías se enteró de la orden y huyó a Egipto.
Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿a un profeta? Les aseguro que sí, y él es más que profeta:
Y si decimos que no fue Dios el que lo envió, el pueblo se enojará, porque casi todo el mundo cree que Juan era profeta.
puesto que Juan el Bautista les dijo que se arrepintieran y se volvieran a Dios, y ustedes no le hicieron caso. Los cobradores de impuestos y las prostitutas, en cambio, sí que creyeron el mensaje de Juan. Y aun viendo que esto sucedía así, ustedes se negaron a arrepentirse y a creer en él.
Y si decimos que “de la tierra”, todo el pueblo nos apedreará, porque están seguros de que Juan era un profeta».
Entonces los volvieron a amenazar, pero luego los soltaron. No hallaban la manera de castigarlos, ya que no había quien no estuviera alabando a Dios por el milagro ocurrido.
El jefe de la guardia corrió con los alguaciles a arrestarlos, sin hacer uso de la fuerza, por temor a que el pueblo los apedreara.