¿Hubo alguna vez en toda la tierra un dolor tan grande como el tuyo? Dime, Jerusalén, ¿con qué compararé tu angustia? ¿Cómo podré consolarte, pura y bella Jerusalén? Porque tu angustia es tan grande como el mar. ¿Quién podrá curarte?
Mateo 11:16 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 »¿Qué diré de la gente de hoy día? Es semejante a los muchachos que, sentados en las plazas, gritan a sus compañeros de juego: Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Mas ¿a qué compararé esta generación? Es semejante a los muchachos que se sientan en las plazas, y dan voces a sus compañeros, Biblia Nueva Traducción Viviente »¿Con qué puedo comparar a esta generación? Se parece a los niños que juegan en la plaza. Se quejan ante sus amigos: Biblia Católica (Latinoamericana) ¿Con quién puedo comparar a la gente de hoy? Son como niños sentados en la plaza, que se quejan unos de otros: La Biblia Textual 3a Edicion ¿A qué, pues, compararé esta generación? Es semejante a niños sentados en las plazas que, dando voces a otros, dicen: Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¿Con quién compararé a esta generación? Se parece a los niños sentados en las plazas, que se gritan unos a otros: Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mas ¿a qué compararé esta generación? Es semejante a los muchachos que se sientan en las plazas, y dan voces a sus compañeros, |
¿Hubo alguna vez en toda la tierra un dolor tan grande como el tuyo? Dime, Jerusalén, ¿con qué compararé tu angustia? ¿Cómo podré consolarte, pura y bella Jerusalén? Porque tu angustia es tan grande como el mar. ¿Quién podrá curarte?
“Si tocamos la flauta ustedes no bailan, y si cantamos canciones tristes ustedes no lloran”.
¡Crías de víboras! ¿Cómo van a hablar de lo bueno si son malos? ¡La boca expresa lo que hay en el corazón!
¡Los juicios acumulados a través de los siglos caerán sobre esta generación!
Y cuando andan por las calles, les gusta que les digan: “¡Rabí, rabí!”.
Jesús continuó enseñando y les decía: ―Cuídense de los maestros de la ley, pues a ellos les gusta pasearse vestidos con ropas que llaman la atención, para que los saluden en las plazas.
Un día les dijo: «¿Cómo les describiré el reino de Dios? ¿Con qué podemos compararlo?
»¡Ay de ustedes, fariseos!, porque aman los asientos de honor en las sinagogas y que los saluden en las plazas.
Jesús también les dijo: ―¿A qué se parece el reino de Dios? ¿Con qué puedo compararlo?