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Mateo 10:40 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

»El que los reciba a ustedes me estará recibiendo a mí; y el que me reciba está recibiendo al que me envió.

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Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

El que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

»El que los recibe a ustedes me recibe a mí, y el que me recibe a mí recibe al Padre, quien me envió.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

El que los recibe a ustedes, a mí me recibe, y el que me recibe a mí, recibe a Aquel que me ha enviado. El que recibe a un profeta porque es profeta, recibirá recompensa digna de un profeta.

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La Biblia Textual 3a Edicion

El que os recibe, a mí me recibe,° y el que a mí me recibe, recibe al que me envió.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Quien os recibe a vosotros, a mí me recibe; y quien a mí me recibe, recibe a aquel que me envió.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

El que a vosotros recibe, a mí me recibe, y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.

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Mateo 10:40
18 Tagairtí Cros  

pero a ti te libraré, no serás muerto por aquellos a quienes tanto temes.


El que reciba en mi nombre a una persona así, a mí me recibe.


»Yo, el Rey, les responderé: “Todo lo que hicieron a mis hermanos necesitados a mí me lo hicieron”.


»Y les responderé: “Cada vez que se negaron a ayudar a uno de mis hermanos necesitados, se estaban negando a ayudarme”.


―El que recibe a un niño como este en mi nombre, me está recibiendo a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.


»El que los escucha a ustedes, me escucha a mí. El que los rechaza a ustedes, me rechaza a mí. Y el que me rechaza a mí, rechaza al que me envió».


Les dijo: ―El que recibe a este niño en mi nombre, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. El que es más insignificante entre todos ustedes, ese es el más importante.


Les aseguro que el que recibe al que yo envío me recibe a mí, y el que me recibe a mí, recibe al que me envió».


Jesús volvió a decir: ―¡La paz sea con ustedes! Como mi Padre me envió, así yo los envío a ustedes.


para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que se niega a honrar al Hijo, tampoco honra al Padre que lo envió.


Somos embajadores de Cristo. Dios les habla a ustedes por medio de nosotros: «En el nombre de Cristo les rogamos, ¡reconcíliense con Dios!».


Y aunque mi enfermedad fue una prueba para ustedes, no me rechazaron ni me echaron de entre ustedes. Al contrario, me cuidaron como si hubiera sido un ángel de Dios o Jesucristo mismo.


Por eso, el que rechaza estas instrucciones no rechaza a un hombre sino a Dios, que les ha dado a ustedes su Espíritu Santo.


Todo el que se aparta de las enseñanzas de Cristo, también se aparta de Dios. El que permanece fiel a las enseñanzas, tiene al Padre y al Hijo.