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Lucas 8:43 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Entre la gente había una mujer que estaba enferma desde hacía doce años. Tenía derrames de sangre y nadie había podido sanarla, a pesar de haber gastado cuanto tenía en médicos.

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Biblia Reina Valera 1960

Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y que había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido ser curada,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Una mujer de la multitud hacía doce años que sufría una hemorragia continua y no encontraba ninguna cura.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Entonces una mujer, que padecía hemorragias desde hacía doce años y a la que nadie había podido curar,

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La Biblia Textual 3a Edicion

y una mujer que estaba con flujo de sangre desde hacía doce años,° la cual no había podido° ser sanada por nadie,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

En esto, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, y que no había podido ser curada por nadie,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y una mujer que tenía flujo de sangre hacía ya doce años, la cual había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido ser curada,

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Lucas 8:43
22 Tagairtí Cros  

En el año treinta y nueve de su reinado, Asá contrajo una grave enfermedad de los pies, pero no le presentó el problema al Señor, sino que confió en los médicos.


Porque ustedes lo malinterpretan todo. Son doctores que no saben lo que hacen.


¡Oh, ayúdanos a combatir a nuestros enemigos, pues los hombres son aliados inútiles!


¡Mezquino es el ser humano! ¡Frágil como su aliento! ¡Jamás confíen en él!


Todos echaron de lo que les sobraba; pero ella, siendo tan pobre, dio todo lo que tenía para vivir».


Cada vez que el espíritu lo toma, lo arroja al suelo y le hace echar espumarajos por la boca y crujir los dientes; y mi hijo se queda tieso. Pedí a tus discípulos que echaran fuera al espíritu, pero no lo lograron.


Allí estaba una mujer que llevaba dieciocho años enferma por causa de un demonio. Andaba encorvada y no podía enderezarse del todo.


Y a esta mujer, que es descendiente de Abraham, y a quien Satanás tuvo enferma por dieciocho años, ¿no se le debía desatar esta cadena en sábado?


Al bajar Jesús de la barca, un endemoniado que venía del pueblo le salió al encuentro. Este hombre desde hacía mucho tiempo andaba desnudo y no vivía en una casa sino en los sepulcros.


porque su única hija, que tenía doce años, se estaba muriendo. Mientras Jesús iba hacia allá, la gente lo apretujaba.


Ella se acercó a Jesús por detrás y le tocó el borde del manto. En ese mismo momento quedó sana.


Cuando pasaba, Jesús vio a un hombre que era ciego de nacimiento.


Pero no sabemos cómo ahora puede ver ni quién le dio la vista. Pregúntenselo a él, pues ya es mayor de edad y puede responder por sí mismo.


Allí vieron a un lisiado de nacimiento, a quien todos los días traían y colocaban junto a la puerta del templo llamada la Hermosa, para que pidiera limosna.


El hombre que había estado tullido tenía más de cuarenta años.