El que es alto y excelso y habita la eternidad, aquel cuyo nombre es santo, dice así: Yo moro en aquel elevado y santo sitio, pero también estoy donde habitan los pobres y los afligidos, y a ellos les doy ánimo y aliento.
Lucas 5:32 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Yo no he venido a llamar a los justos para que se arrepientan, sino a los pecadores. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento. Biblia Nueva Traducción Viviente No he venido a llamar a los que se creen justos, sino a los que saben que son pecadores y necesitan arrepentirse». Biblia Católica (Latinoamericana) No he venido para llamar a los buenos, sino para invitar a los pecadores a que se arrepientan. La Biblia Textual 3a Edicion No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento. Biblia Serafín de Ausejo 1975 no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento. |
El que es alto y excelso y habita la eternidad, aquel cuyo nombre es santo, dice así: Yo moro en aquel elevado y santo sitio, pero también estoy donde habitan los pobres y los afligidos, y a ellos les doy ánimo y aliento.
»Nunca menosprecien al creyente humilde, porque su ángel tiene en el cielo constante acceso al Padre.
Vayan y traten de entender el texto que dice: “Misericordia quiero, no sacrificios”, porque yo no he venido a llamar a los buenos, sino a los malos.
Les hizo esa pregunta porque se daba cuenta de que los jefes de los sacerdotes habían entregado a Jesús por envidia.
Un hombre llamado Barrabás estaba preso junto con otros rebeldes por haber cometido un asesinato en una revuelta.
Jesús, que oyó lo que decían, les replicó: ―Los enfermos son los que necesitan médico, no los sanos. No he venido a llamar a los justos sino a los pecadores.
Les digo que de la misma manera se alegra Dios con sus ángeles por un pecador que se arrepiente».
Les digo que lo mismo pasa en el cielo: hay más alegría por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse.
En efecto, el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar a los que se habían perdido.
Y también que en su nombre, comenzando en Jerusalén, se predicará a todas las naciones que hay perdón de pecados para el que se arrepiente.
Jesús les contestó: ―Los que están sanos no necesitan médico, sino los enfermos.
Algunos le dijeron a Jesús: ―Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan y oran mucho, pero los tuyos se la pasan comiendo y bebiendo.
Dios toleró la ignorancia de la humanidad en el pasado, pero ahora ordena que todos se arrepientan,
―Arrepiéntanse —les respondió Pedro—, y bautícense en el nombre de Jesucristo, para que Dios les perdone sus pecados. Entonces recibirán también el don del Espíritu Santo,
A judíos y gentiles les he dado testimonio de que necesitan arrepentirse de sus pecados y tener fe en nuestro Señor Jesucristo.
»Por eso, arrepiéntanse y vuélvanse a Dios para que él los limpie de sus pecados
Y cuando Dios le devolvió la vida a su Siervo, lo envió primero a ustedes para bendecirlos y para que cada uno se apartara de su maldad».
Luego, con su gran poder, lo exaltó como Príncipe y Salvador, para que el pueblo de Israel se vuelva a Dios y alcance el perdón de sus pecados.
El Señor no demora el cumplimiento de su promesa, como algunos suponen. Más bien lo que quiere es que nadie se pierda, por lo que está alargando el plazo para que todos se arrepientan.