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Lucas 18:39 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Los que iban delante lo reprendían para que se callara, pero él gritó todavía más fuerte: ―¡Hijo de David, ten compasión de mí!

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Biblia Reina Valera 1960

Y los que iban delante le reprendían para que callase; pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

«¡Cállate!», le gritaba la gente que estaba más adelante. Sin embargo, él gritó aún más fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Los que iban delante le levantaron la voz para que se callara, pero él gritaba con más fuerza: '¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y los que iban° delante lo reprendían para que callara; pero él gritaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Los que iban delante le reprendían para que callara; pero él gritaba todavía más fuerte: '¡Hijo de David, ten compasión de mí!'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y los que iban delante, le reprendían para que se callara; pero él gritaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!

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Lucas 18:39
16 Tagairtí Cros  

¡Pronto, Señor, respóndeme! Porque a ti he orado. ¡Escúchame cuando clamo a ti pidiéndote ayuda!


»Pidan y se les concederá lo que pidan. Busquen y hallarán. Toquen y se les abrirá la puerta.


―Hombres de poca fe, ¿a qué viene tanto miedo? —les respondió. Entonces, se puso de pie, reprendió al viento y a las olas, y la tormenta cesó y todo quedó en calma.


Cuando regresaba de la casa del jefe judío, dos ciegos lo siguieron gritando: ―¡Hijo de David, apiádate de nosotros!


»¡Ay de ustedes, maestros de la ley!, porque se han quedado con el control del conocimiento. Ustedes mismos no entran; y a los que quieren entrar, no los dejan».


Jesús les contó una parábola a sus discípulos para enseñarles que debían orar siempre y sin desanimarse.


También le llevaron a Jesús niños pequeños para que los tocara. Sus discípulos, al ver esto, comenzaron a reprender a quienes los llevaron.


Entonces el ciego gritó: ―¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!


Jesús se detuvo y mandó que lo trajeran a su presencia. Cuando el ciego se acercó, Jesús le preguntó:


Algunos de los fariseos que estaban entre la gente le dijeron a Jesús: ―¡Maestro, reprende a tus discípulos!


Jesús estaba todavía hablando, cuando llegó alguien de la casa de Jairo, el jefe de la sinagoga, y le dijo: ―Tu hija ha muerto. No molestes más al Maestro.


Tres veces he pedido a Dios que me lo quite,