Al malvado lo aplasta su propia maldad; al justo lo protege su justicia.
Lucas 16:22 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 »Un día, el mendigo murió y los ángeles lo llevaron junto a Abraham. El rico murió también y lo enterraron. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Biblia Nueva Traducción Viviente »Con el tiempo, el hombre pobre murió y fue llevado por los ángeles para que se sentara junto a Abraham en el banquete celestial. El hombre rico también murió y fue enterrado, Biblia Católica (Latinoamericana) Pues bien, murió el pobre y fue llevado por los ángeles al cielo junto a Abrahán. También murió el rico, y lo sepultaron. La Biblia Textual 3a Edicion Sucedió entonces que murió el mendigo y fue° llevado por los ángeles al seno de Abraham. Y murió también el rico y fue sepultado. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Sucedió, pues, que el pobre murió, y los ángeles lo llevaron al seno de Abrahán. Murió también el rico, y fue sepultado. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Y murió también el rico, y fue sepultado. |
Al malvado lo aplasta su propia maldad; al justo lo protege su justicia.
»Nunca menosprecien al creyente humilde, porque su ángel tiene en el cielo constante acceso al Padre.
Y enviaré a los ángeles delante de mí para que, con toque de trompeta, junten a mis escogidos de todas partes del mundo.
Óiganme lo que les digo: Muchos gentiles, al igual que este soldado romano, irán de todas partes del mundo a sentarse en el reino de los cielos con Abraham, Isaac y Jacob.
»¿De qué le sirve a una persona ganarse el mundo entero si pierde su vida?
Pero Dios le dijo: “¡Necio! Esta misma noche perderás la vida. ¿Y quién disfrutará de todo lo que has guardado?”.
y hasta los perros se las lamían. A él le habría gustado llenarse el estómago con lo que caía de la mesa del rico.
A Dios nadie lo ha visto nunca; pero el Hijo único, que es Dios mismo y siempre está en unión con el Padre, nos ha enseñado cómo es, para que así lo podamos conocer.
Pedro se volvió y vio que los seguía el discípulo al que Jesús quería mucho, el que se había acercado a Jesús en la cena y le había dicho: «Señor, ¿quién es el que va a traicionarte?».
¿Acaso no se dedican todos los ángeles a servir a Dios?, ¿acaso no los envía Dios para que ayuden a los que recibirán la salvación?
Por consiguiente, ya que los hijos de Dios son de carne y hueso, Jesús también compartió esa misma naturaleza de carne y hueso, para así anular, por medio de su muerte, al que tiene el dominio de la muerte, al diablo,
Cuando el sol sale, seca la planta con su calor intenso. A la planta se le marchita la flor y pierde su belleza. Así se marchitará también el rico en todos sus negocios.
Cristo mismo llevó en su cuerpo nuestros pecados a la cruz, para que muramos al pecado y llevemos una vida justa. Cristo fue herido para que ustedes fueran sanados.
Oí entonces una voz que me decía desde el cielo: «Escribe esto: ¡Dichosos los que de ahora en adelante mueren unidos al Señor —dice el Espíritu—, porque cesarán para ellos las penas y las tareas, y Dios los premiará por sus acciones».