Elías, el profeta de Tisbé de Galaad, le dijo al rey Acab: «Tan cierto como que el Señor, Dios de Israel, vive, el Dios al cual adoro y sirvo, te digo que no habrá rocío ni lluvia durante varios años en Israel, hasta que yo lo diga».
Lucas 1:17 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 y también irá primero, delante del Señor, con el mismo espíritu y poder que tuvo el profeta Elías. Él reconciliará a los padres con los hijos y hará que los desobedientes aprendan de la sabiduría de los justos. De esta manera preparará al pueblo para recibir al Señor. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto. Biblia Nueva Traducción Viviente Será un hombre con el espíritu y el poder de Elías; preparará a la gente para la venida del Señor. Inclinará el corazón de los padres hacia los hijos y hará que los rebeldes acepten la sabiduría de los justos. Biblia Católica (Latinoamericana) El mismo abrirá el camino al Señor con el espíritu y el poder del profeta Elías, reconciliará a padres e hijos y llevará a los rebeldes a la sabiduría de los buenos. De este modo preparará al Señor un pueblo bien dispuesto. La Biblia Textual 3a Edicion E irá delante de Él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos,° y los rebeldes a la prudencia de los justos; a preparar para el Señor un pueblo bien dispuesto. Biblia Serafín de Ausejo 1975 e irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para reconciliar a los padres con los hijos y para que los rebeldes vuelvan a la sensatez de los rectos, a fin de preparar al Señor un pueblo bien dispuesto'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque él irá delante de Él en el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y los desobedientes a la sabiduría de los justos, para preparar un pueblo dispuesto para el Señor. |
Elías, el profeta de Tisbé de Galaad, le dijo al rey Acab: «Tan cierto como que el Señor, Dios de Israel, vive, el Dios al cual adoro y sirvo, te digo que no habrá rocío ni lluvia durante varios años en Israel, hasta que yo lo diga».
―Tú eres el que ha traído este desastre —respondió Elías—. Porque tú y tu familia se han negado a obedecer al Señor, y han adorado a Baal.
―¡Me has encontrado, enemigo mío! —exclamó Acab cuando vio a Elías. ―Sí —respondió Elías—, he venido, porque no haces otra cosa que ofender al Señor, pues solo sabes hacer lo malo.
―¿Por qué enviaste mensajeros a consultar acerca de tu enfermedad a Baal Zebub, dios de Ecrón? —preguntó Elías—. ¿Acaso no hay un Dios en Israel a quien consultar? Por cuanto has hecho esto, no te levantarás de esta cama; ciertamente morirás.
»¡Señor, Dios de nuestros antepasados Abraham, Isaac e Israel, haz que tu pueblo siempre tenga el anhelo de obedecerte, y que el amor de ellos hacia ti nunca se modifique!
Ezequías y todo el pueblo estaban muy felices, porque el Señor les permitió prepararse rápidamente para este acto.
Señor, tú conoces el anhelo de los desvalidos. Ciertamente escucharás sus clamores y los consolarás.
El principio de la sabiduría es el temor al Señor. La recompensa para todos los que lo obedecen es la sabiduría. ¡Alabemos su nombre por siempre!
No tenían que ser como sus padres: tercos, rebeldes, infieles, que no quieren entregarle a Dios su corazón.
Los que estaban equivocados creerán en la verdad y los quejosos estarán dispuestos a recibir enseñanza.
»Por lo tanto, israelitas, voy a castigarlos fuertemente. Así que prepárense para recibir mi castigo, pues no podrán escapar de él».
Herodías odiaba a Juan, porque este se había atrevido a decirle al rey que era incorrecto que se casara con ella.
Siglos atrás, el profeta Isaías había hablado de Juan y lo describió así: «Una voz clama en el desierto: “Prepárenle el camino al Señor; que nada le estorbe a su paso”».
Juan usaba ropa hecha de pelo de camello y se la sujetaba con un cinto de cuero. Su alimentación consistía en langostas del desierto y miel silvestre.
»Y tú, hijo mío, serás llamado profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor preparándole el camino.
Los hijos de Dios no nacen de la sangre, ni por deseos naturales o por voluntad humana, sino que nacen de Dios.
Ustedes saben muy bien que yo dije: “Yo no soy el Cristo, sino que fui enviado delante de él”.
En seguida te mandé a buscar, e hiciste bien en venir pronto. Aquí estamos delante del Señor, ansiosos de escuchar lo que él te ha ordenado que nos digas.
Él también tiene derecho de llamar a personas como nosotros, judíos o gentiles, y demostrar así su gran amor y poder para salvarnos. Desde un principio tuvo compasión de nosotros y nos preparó para su gloria.
y con gozo darán gracias al Padre, que nos ha capacitado para participar de la herencia que pertenece a los que viven en el reino de la luz.
Si te mantienes limpio, serás como una vasija para ocasiones especiales, apartada y útil para el Señor, separada para usarse en toda obra buena.
Pero ustedes son una familia escogida, son sacerdotes reales y son una nación santa. Son un pueblo que Dios compró para que anuncien sus obras extraordinarias; él fue quien los llamó de las tinieblas a su luz maravillosa.
Y ahora, queridos hijos, permanezcan en comunión con el Señor, para que, cuando vuelva, puedan presentarse delante de él seguros y sin tener de qué avergonzarse.
Entonces vi que los que habían recibido la facultad de juzgar se sentaron en tronos. Y vi a las almas de los que habían muerto decapitados por dar testimonio de Jesús y por proclamar la palabra de Dios. Ellos no habían adorado a la bestia ni habían aceptado que los marcaran en la frente o en la mano. Vi que resucitaban y reinaban con Cristo mil años.
Y Samuel les dijo: «Vengan a Mizpa, y yo oraré al Señor por ustedes».