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Levítico 9:3 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Además, Moisés le dijo a Aarón: «Diles a los israelitas que traigan un macho cabrío para ofrenda por el pecado, un becerro y un cordero de un año cada uno, todos sin defectos, para ofrecerlos como holocausto.

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Biblia Reina Valera 1960

Y a los hijos de Israel hablarás diciendo: Tomad un macho cabrío para expiación, y un becerro y un cordero de un año, sin defecto, para holocausto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Luego diles a los israelitas: “Tomen un chivo como ofrenda por el pecado, y también tomen un ternero y un cordero, ambos de un año y sin defecto, para una ofrenda quemada.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Luego hablarás a los hijos de Israel para decirles: Tomen un macho cabrío para el sacrificio por el pecado y un ternero y un cordero, ambos de un año y sin defecto, para el holocausto;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y hablarás a los hijos de Israel, diciendo: Tomad, de entre las cabras, un macho cabrío para el sacrificio por el pecado, y un becerro y un cordero añales y sin defecto para el holocausto,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y dirás a los israelitas: 'Tomad un macho cabrío para el sacrificio por el pecado; un becerro y un cordero de un año, sin defecto, para el holocausto;

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y a los hijos de Israel hablarás, diciendo: Tomad un macho cabrío para ofrenda por el pecado, y un becerro y un cordero de un año, sin defecto, para holocausto;

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Levítico 9:3
22 Tagairtí Cros  

Ellos entonces tomaron un cabrito, lo degollaron y con la sangre mancharon la túnica de José.


Durante la celebración de la dedicación se ofrecieron en sacrificio cien becerros, doscientos carneros, y cuatrocientos corderos. Además, como ofrenda por el pecado, se ofrecieron doce chivos, uno por cada una de las tribus de Israel.


Este animal, ya sea cordero o cabrito, será un macho de un año y sin ningún defecto.


Sin embargo, fue Dios mismo el que decidió humillarlo y hacerlo sufrir hasta la agonía. Pero el siervo ofreció su vida en sacrificio por nuestros pecados. Por eso, tendrá una larga vida y llegará a ver sus descendientes. Todos los planes de Dios se harán realidad por medio de sus manos.


Moisés buscó diligentemente el macho cabrío de la ofrenda por el pecado, y cuando descubrió que lo habían quemado, se disgustó mucho con Eleazar e Itamar, los dos hijos de Aarón.


»Cuando hayan pasado los días de su purificación, y esto se aplica tanto si su bebé es niño o niña, deberá presentar un cordero de un año como holocausto, y un pichón de paloma o una tórtola como ofrenda por su pecado. Debe llevarlos a la puerta del santuario y entregarlos al sacerdote.


»Al día siguiente, es decir, al octavo día, tomará dos corderos sin defectos y una cordera de un año sin defectos, seis kilos de harina de la mejor calidad mezclada con aceite de oliva, y un tercio de litro de aceite de oliva.


»Luego saldrá y sacrificará el macho cabrío elegido para la expiación de los pecados; entrará con la sangre al interior de la cortina y rociará con ella encima y delante del propiciatorio, de la misma manera que lo hizo con la sangre del novillo.


»Entonces el pueblo de Israel le llevará dos machos cabríos para la ofrenda por el pecado y un carnero para el holocausto.


El mismo día sacrificarán, en holocausto al Señor, un cordero de un año, sin defecto.


en cuanto se dé cuenta de su pecado deberá presentar un sacrificio consistente en un macho cabrío que no tenga defectos.


»Si un sacerdote peca, sin haber tenido la intención de hacerlo, y en consecuencia hace caer alguna culpa sobre el pueblo, debe ofrecer al Señor un becerro sin defecto, como expiación por el pecado del pueblo.


y le dijo a Aarón que tomara un becerro para ofrenda por su pecado y un carnero sin defectos para el holocausto, y que los ofreciera al Señor.


Además el pueblo deberá presentarle al Señor, como ofrenda de paz, un toro y un carnero, y una ofrenda de harina de la mejor calidad mezclada con aceite de oliva. Porque hoy se les aparecerá el Señor».


La ley no pudo liberarnos porque nuestra naturaleza pecaminosa anuló su poder. Pero Dios envió a su propio Hijo con un cuerpo humano igual en todo al nuestro para entregarlo en sacrificio por nuestros pecados, y así destruyó el dominio del pecado sobre nosotros.


Dios tomó a Cristo, que no tenía pecado, y puso sobre él nuestros pecados, para declararnos justos por medio de Cristo.


Él se entregó a la muerte por nosotros para poder rescatarnos de todas nuestras iniquidades y convertirnos en un pueblo que fuera suyo, dedicado a hacer el bien.


Cristo mismo llevó en su cuerpo nuestros pecados a la cruz, para que muramos al pecado y llevemos una vida justa. Cristo fue herido para que ustedes fueran sanados.


Porque Cristo murió por los pecados una vez y para siempre, el justo por los injustos, para llevarlos a ustedes a Dios. Él sufrió la muerte en su cuerpo, pero el Espíritu hizo que volviera a la vida.


y dedicaron al Cordero este nuevo canto: «Eres digno de recibir el pergamino y de romper sus sellos, porque fuiste sacrificado y con tu sangre compraste para Dios un pueblo de entre todos los linajes, pueblos, lenguas y naciones.