Desaparezcan de la tierra todos los pecadores; que los malvados desaparezcan para siempre. ¡Alaba, alma mía, al Señor! ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!
Jueces 4:16 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Barac y sus hombres persiguieron a sus enemigos y a los carros hasta Jaroset Goyin, hasta que todo el ejército de Sísara fue destruido. Ni un solo hombre quedó vivo. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Mas Barac siguió los carros y el ejército hasta Haroset-goim, y todo el ejército de Sísara cayó a filo de espada, hasta no quedar ni uno. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Barac persiguió a los carros y al ejército enemigo hasta Haroset-goim, y mató a todos los guerreros de Sísara. Ni uno solo quedó con vida. Biblia Católica (Latinoamericana) Barac salió en persecución de los carros y del ejército hasta Haroset-ha-Goyim, y todo el ejército de Sísera cayó bajo el filo de la espada; nadie escapó. La Biblia Textual 3a Edicion Pero Barac persiguió los carros y al ejército hasta Haroset-goim, y todo el ejército de Sísara cayó a filo de espada hasta no quedar ni uno. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Barac siguió en persecución de los carros y del ejército hasta Jaróset Hagoin y todo el ejército de Sísara cayó a filo de espada: no quedó ni uno. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mas Barac siguió los carros y el ejército hasta Haroset de los Gentiles, y todo el ejército de Sísara cayó a filo de espada hasta no quedar ni uno. |
Desaparezcan de la tierra todos los pecadores; que los malvados desaparezcan para siempre. ¡Alaba, alma mía, al Señor! ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!
y lo que hiciste en Endor, que sus cuerpos se quedaron pudriéndose hasta que fertilizaron la tierra.
Hazles lo que una vez hiciste a Madián, o lo que hiciste a Sísara y Jabín en el río Cisón,
El agua cubrió el sendero, y a los caballos y sus jinetes. Y todo el ejército del faraón, que perseguía a Israel a través del mar, pereció.
Yo llamé al poderoso ejército de Egipto con todos sus carros y caballos, para dejarlos sepultados bajo las ondas, muertos, acalladas sus vidas como llama de vela.
Todos los que han pecado sin tener la ley serán juzgados sin la ley; pero los que pecaron bajo la ley, por la ley serán juzgados,
pues al que no ha tenido compasión se le juzgará sin compasión. Y el que ha mostrado compasión triunfará a la hora del juicio.
El Señor hizo cundir el pánico entre ellos, y los israelitas hicieron una gran matanza en Gabaón y los persiguió hasta Bet Jorón, Azeca y Maquedá, dándoles muerte a lo largo del camino.
Y el Señor los entregó en manos de los israelitas, quienes los persiguieron hasta Sidón la grande y hasta un lugar llamado Misrefot Mayin (Minas de Sal) y hasta el valle de Mizpa al oriente. Ninguno de los enemigos sobrevivió a la batalla.
Mientras tanto, Sísara había escapado a refugiarse en la tienda de Jael, esposa de Héber el quenita, porque había un pacto de ayuda mutua entre el rey Jabín de Jazor y el clan de Héber.
por lo que el Señor los entregó en manos de Jabín, rey de Jazor en Canaán. El comandante de su ejército era Sísara, que vivía en Jaroset Goyim,