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Josué 10:10 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

10 El Señor hizo cundir el pánico entre ellos, y los israelitas hicieron una gran matanza en Gabaón y los persiguió hasta Bet Jorón, Azeca y Maquedá, dándoles muerte a lo largo del camino.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Y Jehová los llenó de consternación delante de Israel, y los hirió con gran mortandad en Gabaón; y los siguió por el camino que sube a Bet-horón, y los hirió hasta Azeca y Maceda.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 El Señor llenó de pánico a los amorreos, y los israelitas masacraron a un gran número de ellos en Gabaón. Después persiguieron a sus enemigos por el camino que lleva a Bet-horón y los fueron matando a lo largo de toda la ruta a Azeca y Maceda.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Yavé les provocó el desastre ante Israel y les infligió una gran derrota en Gabaón. Josué los persiguió por el camino que sube a Bet-Horón y los acosó hasta Azecá y Maquedá.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Y YHVH los aterrorizó ante Israel, el cual los hirió con gran estrago en Gabaón, persiguiéndolos por el camino que sube a Bet-horón, y los hirió hasta Azeca y Maceda.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Yahveh les infundió pánico a la vista de Israel, que les infligió una gran derrota en Gabaón, los persiguió camino de la cuesta de Bet Jorón y los batió hasta Azecá y Maquedá.

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Josué 10:10
29 Tagairtí Cros  

Arrojó flechas y relámpagos y derrotó a todos mis enemigos.


Por eso Salomón reedificó Guézer, junto con Bet Jorón la de abajo, Balat y Tadmor, que está en el desierto.


Entonces el Señor derrotó a los etíopes. Fue así como el rey Asá y el ejército de Judá pusieron en fuga a los etíopes.


Mientras tanto, las tropas de Israel que habían sido despedidas por Amasías hicieron incursiones contra diversas ciudades de Judá, desde Samaria hasta Bet Jorón, mataron a tres mil personas y se llevaron un enorme botín.


Lanzó las tremendas flechas de sus rayos y derrotó a todos mis enemigos. ¡Miren cómo huyen!


No fue con su espada, ni por su propia fuerza y habilidad que vencieron, sino por tu gran poder y porque tú les sonreíste y los favoreciste.


Dios esparció a los reyes enemigos como los copos de nieve que van cayendo sobre la cumbre del monte Zalmón.


Echó a las naciones que ocupaban la tierra, y a cada tribu de Israel le dio una porción de tierra como herencia.


Súbita y airadamente vendrá el Señor, como en el monte Perasín y en Gabaón, para hacer algo extraño e inaudito: ¡destruir a su propio pueblo!


Y el Señor hará oír su majestuosa voz y descargará su potente brazo sobre sus enemigos con gran indignación, con llamas consumidoras, torbellinos, tremendas tormentas e inmensos granizos.


Por entonces el ejército babilónico sitiaba a Jerusalén, Laquis y Azeca, las únicas ciudades amuralladas de Judá que aún quedaban en pie.


»Entonces intervendrá el Señor, y peleará a favor de Israel contra todas las naciones enemigas que lo habían atacado; peleará como en sus grandes días de guerra.


Lo hará gradualmente para que puedas actuar contra ellas y destruirlas.


Además, mientras el enemigo huía hacia Bet Jorón, el Señor les lanzó una lluvia de granizo que los siguió hasta Azeca. Murieron más hombres a causa del granizo que por las espadas de los israelitas.


Aquel mismo día Josué destruyó la ciudad de Maquedá y mató a su rey y a todos los que vivían en ella. Ninguna persona de la ciudad quedó viva. Al igual que en Jericó.


Viajaron, pues, toda la noche desde Guilgal y atacaron al enemigo por sorpresa.


Y el Señor los entregó en manos de los israelitas, quienes los persiguieron hasta Sidón la grande y hasta un lugar llamado Misrefot Mayin (Minas de Sal) y hasta el valle de Mizpa al oriente. Ninguno de los enemigos sobrevivió a la batalla.


Tierra asignada a la tribu de Efraín: El límite oriental comenzaba en Atarot Adar. De allí seguía hasta Bet Jorón la de arriba,


El Señor hizo que el pánico cundiera entre el enemigo, tanto entre los soldados como en los que conducían los carros, y Sísara saltó de su carro y escapó corriendo.


Barac y sus hombres persiguieron a sus enemigos y a los carros hasta Jaroset Goyin, hasta que todo el ejército de Sísara fue destruido. Ni un solo hombre quedó vivo.


Las mismas estrellas del cielo pelearon contra Sísara.


otra fue a Bet Jorón, y la tercera se dirigió hacia las alturas que dominan el valle de Zeboyín, hacia el desierto.


Los filisteos juntaron sus ejércitos para la batalla y acamparon entre Soco de Judá y Azeca, en Efesdamín.


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