»Este perverso hombre está gordo y rico, y ha vivido en ciudades conquistadas luego de matar a sus habitantes.
Jueces 3:29 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Luego atacaron a los moabitas y dieron muerte a unos diez mil de sus hombres más fuertes y hábiles en batalla. Ni uno solo escapó. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y en aquel tiempo mataron de los moabitas como diez mil hombres, todos valientes y todos hombres de guerra; no escapó ninguno. Biblia Nueva Traducción Viviente Atacaron a los moabitas y mataron a unos diez mil de sus guerreros más fuertes y robustos; no escapó ni uno de ellos. Biblia Católica (Latinoamericana) En aquella ocasión derrotaron a diez mil hombres de Moab, todos robustos y entrenados: no escapó ni uno solo. La Biblia Textual 3a Edicion Y en aquel tiempo mataron como diez mil hombres de los moabitas, todos robustos y todos hombres esforzados. No escapó ninguno. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Derrotaron a Moab en aquella ocasión y de unos diez mil hombres, todos robustos y valerosos, no dejaron escapar ni uno solo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y en aquel tiempo hirieron de los moabitas como a diez mil hombres, todos valientes y todos hombres de guerra; no escapó hombre. |
»Este perverso hombre está gordo y rico, y ha vivido en ciudades conquistadas luego de matar a sus habitantes.
»En aquella oportunidad les dije a las tribus de Rubén, Gad y de Manasés que aunque el Señor les había dado la tierra, no debían establecerse en ella hasta que sus hombres armados ayudaran a las otras tribus a establecerse al otro lado del Jordán.
»Pronto Israel estuvo saciado, engordó y dio coces; entonces, en la abundancia se olvidaron de su Dios y despreciaron a la Roca de su salvación.
Después de entregarle el dinero al rey Eglón, quien era muy gordo, inició su viaje de regreso. Pero cuando estaba en las afueras de la ciudad, en las canteras de Guilgal, se despidió de sus compañeros y regresó solo ante el rey. ―Tengo un secreto para ti —le dijo. El rey inmediatamente hizo salir a todos los que estaban con él a fin de tener una conversación secreta con Aod.
«Síganme —les dijo—, porque el Señor ha puesto en nuestras manos a los moabitas». Los guerreros le siguieron y tomaron posesión de los vados del Jordán junto a Moab, y no dejaban a nadie cruzarlo.
Moab fue conquistada por Israel aquel día, y la tierra tuvo paz durante los siguientes ochenta años.