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Jueces 14:17 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Cada vez que estaba con él, ella lloraba y se comportó de esa forma por el resto de la fiesta. Por fin, en el séptimo día, él le dio la respuesta y ella se la comunicó sin tardanza a los jóvenes.

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Biblia Reina Valera 1960

Y ella lloró en presencia de él los siete días que ellos tuvieron banquete; mas al séptimo día él se lo declaró, porque le presionaba; y ella lo declaró a los hijos de su pueblo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces ella no dejaba de llorar cada vez que estaba con él, y siguió llorando hasta el último día de la celebración. Finalmente, cuando llegó el séptimo día, él le dio la respuesta, porque lo estaba fastidiando con tanta insistencia. Y ella les explicó el acertijo a los jóvenes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Ella siguió así llorando los siete días que duró el banquete, y al séptimo día, como él estaba cansado con eso, le dio la solución. Ella, inmediatamente, se la dio a los de su pueblo,

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y había estado llorando los siete días que duró su banquete, y aconteció que al séptimo día se lo declaró, porque lo acosaba. Ella entonces declaró el enigma a los hijos de su pueblo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Ella estuvo lloriqueándole así los siete días del festín, hasta que el día séptimo, como tanto le apremiaba, se lo declaró. Al punto ella explicó el acertijo a los de su pueblo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y ella lloró delante de él los siete días que ellos tuvieron banquete; y sucedió que el séptimo día él se lo declaró, porque ella lo presionaba; y ella declaró el enigma a los hijos de su pueblo.

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Jueces 14:17
13 Tagairtí Cros  

La mujer contempló el árbol y se convenció de que su fruto era bueno para comer. Además, lo vio muy hermoso, y pensó que era su oportunidad para conseguir la sabiduría. Así que agarró el fruto y comió. Luego le dio de comer a su marido, el cual estaba con ella.


Su esposa le reprochó: ―¿Persistes en tu vida piadosa viendo todo lo que Dios te ha hecho? ¡Maldícelo y muérete!


Con palabras suaves la mujer infiel convenció a ese jovencito; lo sedujo con halagos y mimos.


¡Todos son grandes mentirosos, para nada se preocupan de hablar con la verdad! Nada les importa la justicia y van de mal en peor. Nada les importo yo, dice el Señor.


No confíes en nadie, ni en tu mejor amigo, mucho menos en tus gobernantes. ¡Ni siquiera confíes en tu esposa!


Les digo que se levantará a darle el pan, no por que sea su amigo, sino por su impertinencia, y le dará todo lo que necesite.


Entonces la prometida de Sansón se puso a llorar delante de él y le dijo: ―Tú no me amas; tú me odias, porque has dicho una adivinanza a mi pueblo y no me has dicho la respuesta. ―No se la he dicho ni a mi padre ni a mi madre. ¿Por qué habría de decírtela a ti? —replicó.


Antes de la puesta del sol del séptimo día, vinieron a darle la respuesta. ―¿Qué es más dulce que la miel —le preguntaron—, y qué es más fuerte que un león? ―Si no hubieran arado con mi ternera, no habrían solucionado mi enigma —replicó Sansón.


―Te has burlado nuevamente de mí, y me has vuelto a mentir. Ahora dime cómo se te puede capturar. ―Si tejes mi cabello con un telar —le dijo—, yo me debilitaré.


Como Dalila lo acosaba e importunaba día tras día, él no pudo resistir


Entonces Dalila rogó a Sansón que le dijera su secreto. ―Sansón, dime por qué eres tan fuerte —le rogaba—. No creo que nadie sea capaz de capturarte.