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Jueces 16:6 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

6 Entonces Dalila rogó a Sansón que le dijera su secreto. ―Sansón, dime por qué eres tan fuerte —le rogaba—. No creo que nadie sea capaz de capturarte.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Y Dalila dijo a Sansón: Yo te ruego que me declares en qué consiste tu gran fuerza, y cómo podrás ser atado para ser dominado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Así que Dalila le dijo a Sansón: —Dime, por favor, qué te hace tan fuerte, y con qué podrían amarrarte sin que te liberes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Dalila preguntó a Sansón: 'Dime, te lo ruego, de dónde proviene tu fuerza extraordinaria. ¿Cómo se podría amarrarte y domarte?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Y Dalila dijo a Sansón: Te ruego me declares en qué consiste tu gran fuerza, y con qué podrías ser atado para doblegarte.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Dalila dijo a Sansón: 'Explícame cuál es el secreto de tu gran fuerza y con qué habría que atarte para tenerte sujeto'.

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Jueces 16:6
12 Tagairtí Cros  

Cuatro veces me enviaron el mismo mensaje y otras tantas les respondí lo mismo.


Se mienten unos a otros, hablando con labios aduladores; ya no hay sinceridad.


La boca de la mujer adúltera es como un pozo profundo; en él caerán los que han hecho enfurecer al Señor.


La lengua mentirosa odia a sus víctimas, la boca aduladora causa la ruina.


porque la prostituta anda tras tu dinero, pero la adúltera anda tras tu misma vida.


Con palabras suaves la mujer infiel convenció a ese jovencito; lo sedujo con halagos y mimos.


Ya no hay gente honrada en este país. ¡Ya no queda en este país ni una sola persona que practique la justicia! Son todas homicidas, que se vuelven contra sus propios familiares. ¡Unos a otros buscan hacerse daño!


No confíes en nadie, ni en tu mejor amigo, mucho menos en tus gobernantes. ¡Ni siquiera confíes en tu esposa!


Cada vez que estaba con él, ella lloraba y se comportó de esa forma por el resto de la fiesta. Por fin, en el séptimo día, él le dio la respuesta y ella se la comunicó sin tardanza a los jóvenes.


Los cinco jefes de los filisteos fueron a hablar con ella y le pidieron que tratara de descubrir qué era lo que hacía que Sansón tuviera tanta fuerza, a fin de saber cómo vencerlo y encadenarlo. «Cada uno de nosotros te dará mil cien monedas de plata si lo haces» —le prometieron.


―Cómo no —respondió Sansón—. Si me atan con siete mimbres verdes, quedaré tan débil como cualquiera.


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