¡Escúchenme, los que disciernen entre el bien y el mal y en su corazón aman mis leyes: no teman a las mofas ni calumnias del populacho!
Juan 9:28 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Entonces ellos lo insultaron y le dijeron: ―Discípulo de ese hombre lo serás tú. Nosotros somos discípulos de Moisés. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y le injuriaron, y dijeron: Tú eres su discípulo; pero nosotros, discípulos de Moisés somos. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces ellos lo insultaron y dijeron: —Tú eres su discípulo, ¡pero nosotros somos discípulos de Moisés! Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces comenzaron a insultarlo. 'Tú serás discípulo suyo. Nosotros somos discípulos de Moisés. La Biblia Textual 3a Edicion Y lo insultaron y dijeron: ¡Tú eres discípulo suyo, pero nosotros somos discípulos de Moisés! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero ellos lo llenaron de improperios y le dijeron: '¡Tú serás discípulo de ése, que nosotros somos discípulos de Moisés! Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces le injuriaron, y dijeron: Tú eres su discípulo; pero nosotros discípulos de Moisés somos. |
¡Escúchenme, los que disciernen entre el bien y el mal y en su corazón aman mis leyes: no teman a las mofas ni calumnias del populacho!
La gente que pasaba por allí se burlaba de él y meneando la cabeza decía:
»Dichosos ustedes cuando alguien los ofenda o persiga o diga todo tipo de mentiras contra ustedes por ser mis discípulos.
¿No es cierto que Moisés les dio a ustedes la ley? Sin embargo, ninguno de ustedes la obedece. ¿Por qué quieren matarme?
Ellos le respondieron: ―Tú, que desde que naciste eres un pecador, ¿vas a darnos lecciones a nosotros? Y lo echaron de allí.
Tú, como judío, te apoyas en la ley y te sientes orgulloso de tu relación con Dios.
Hemos trabajado hasta el cansancio con nuestras manos para ganar el sustento. Nos maldicen y bendecimos, y hemos soportado con paciencia a los que nos persiguen.
los ladrones, los avaros, los borrachos, los calumniadores y los estafadores no tendrán parte en el reino de Dios.
Cuando lo insultaban, él no respondía con insultos. Cuando lo hacían sufrir, no los amenazaba, sino que se entregaba a Dios y dejaba que él juzgara con justicia.