Juan 9:28 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

²⁸ Entonces ellos lo insultaron y le dijeron: ―Discípulo de ese hombre lo serás tú. Nosotros somos discípulos de Moisés.

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

²⁸ Y le injuriaron, y dijeron: Tú eres su discípulo; pero nosotros, discípulos de Moisés somos.

Biblia Nueva Traducción Viviente

²⁸ Entonces ellos lo insultaron y dijeron: —Tú eres su discípulo, ¡pero nosotros somos discípulos de Moisés!

Biblia Católica (Latinoamericana)

²⁸ Entonces comenzaron a insultarlo. 'Tú serás discípulo suyo. Nosotros somos discípulos de Moisés.

La Biblia Textual 3a Edicion

²⁸ Y lo insultaron y dijeron: ¡Tú eres discípulo suyo, pero nosotros somos discípulos de Moisés!

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²⁸ Pero ellos lo llenaron de improperios y le dijeron: '¡Tú serás discípulo de ése, que nosotros somos discípulos de Moisés!

Juan 9:28 Tagairtí Cros

Isaías 51:7

¡Escúchenme, los que disciernen entre el bien y el mal y en su corazón aman mis leyes: no teman a las mofas ni calumnias del populacho!

Mateo 27:39

La gente que pasaba por allí se burlaba de él y meneando la cabeza decía:

Mateo 5:11

»Dichosos ustedes cuando alguien los ofenda o persiga o diga todo tipo de mentiras contra ustedes por ser mis discípulos.

Juan 7:19

¿No es cierto que Moisés les dio a ustedes la ley? Sin embargo, ninguno de ustedes la obedece. ¿Por qué quieren matarme?

Juan 9:34

Ellos le respondieron: ―Tú, que desde que naciste eres un pecador, ¿vas a darnos lecciones a nosotros? Y lo echaron de allí.

Romanos 2:17

Tú, como judío, te apoyas en la ley y te sientes orgulloso de tu relación con Dios.

1 Corintios 4:12

Hemos trabajado hasta el cansancio con nuestras manos para ganar el sustento. Nos maldicen y bendecimos, y hemos soportado con paciencia a los que nos persiguen.

1 Corintios 6:10

los ladrones, los avaros, los borrachos, los calumniadores y los estafadores no tendrán parte en el reino de Dios.

1 Pedro 2:23

Cuando lo insultaban, él no respondía con insultos. Cuando lo hacían sufrir, no los amenazaba, sino que se entregaba a Dios y dejaba que él juzgara con justicia.