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Juan 7:30 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Entonces quisieron arrestarlo, pero nadie le echó mano porque todavía no había llegado su tiempo.

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Biblia Reina Valera 1960

Entonces procuraban prenderle; pero ninguno le echó mano, porque aún no había llegado su hora.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces los líderes trataron de arrestarlo, pero nadie le puso las manos encima, porque aún no había llegado su momento.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Los judíos hubieran querido llevarlo preso, pero nadie le puso las manos encima porque todavía no había llegado su hora.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces procuraban prenderlo, pero nadie pudo echarle mano, porque aún no había llegado su hora.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Querían, pues, prenderlo; pero nadie le echó mano, porque todavía no había llegado su hora.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces procuraban prenderle; pero ninguno puso mano sobre Él, porque aún no había llegado su hora.

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Juan 7:30
22 Tagairtí Cros  

La enemistad de los hombres sólo hace que tu gloria se note más; porque tú la usas como espada de juicio.


que pueda predecir lo que va a suceder. Todo cuanto yo digo se cumple, pues yo hago cuanto quiero.


Cuando los fariseos salieron de la sinagoga, se reunieron para planear cómo matarían a Jesús.


sintieron deseos de apresarlo, pero no se atrevieron porque el pueblo tenía a Jesús por profeta.


Cuando los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley oyeron esto, comenzaron a urdir un plan para matar a Jesús. Le tenían miedo a Jesús porque toda la gente estaba maravillada con su enseñanza.


Los maestros de la ley y los jefes de los sacerdotes se dieron cuenta de que la parábola se refería a ellos. Por eso querían arrestarlo en ese mismo momento, pero le tenían miedo a la gente.


Yo estaba con ustedes en el templo todos los días, y sin embargo, no se atrevieron a arrestarme. Pero esta es ya la hora de ustedes, hora en que reinan las tinieblas.


Los judíos, una vez más, tomaron piedras para arrojárselas,


Una vez más trataron de arrestarlo, pero él se les escapó de las manos.


Los jefes de los sacerdotes y los fariseos habían ordenado que si alguien sabía dónde estaba Jesús, debía denunciarlo para que lo arrestaran.


¿No es cierto que Moisés les dio a ustedes la ley? Sin embargo, ninguno de ustedes la obedece. ¿Por qué quieren matarme?


Cuando los fariseos oyeron que la gente murmuraba estas cosas acerca de él, se pusieron de acuerdo con los jefes de los sacerdotes y mandaron unos guardias del templo para arrestarlo.


Por eso Jesús les respondió: ―Para ustedes cualquier tiempo es bueno, pero todavía no ha llegado mi tiempo.


Vayan ustedes a la fiesta. Yo ahora no voy, porque todavía no ha llegado mi tiempo.


Jesús dijo estas palabras mientras enseñaba en el templo, en el lugar donde se ponen las ofrendas. Pero nadie lo arrestó porque todavía no había llegado su tiempo.


Yo sé que ustedes son descendientes de Abraham. Sin embargo, tratan de matarme porque no quieren aceptar mi palabra.


Entonces los judíos tomaron piedras para arrojárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo.


Mientras es de día, tenemos que cumplir con el trabajo del que me envió. Viene la noche cuando ya nadie pueda trabajar.