Mientras Jesús hablaba a la gente, su madre y sus hermanos, que deseaban hablar con él, se tuvieron que quedar fuera.
Juan 19:25 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María la esposa de Cleofas, y María Magdalena. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena. Biblia Nueva Traducción Viviente Estaban de pie junto a la cruz la madre de Jesús, la hermana de su madre, María la esposa de Cleofas y María Magdalena. Biblia Católica (Latinoamericana) Cerca de la cruz de Jesús estaba su madre, con María, la hermana de su madre, esposa de Cleofás, y María de Magdala. La Biblia Textual 3a Edicion Junto a la cruz de Jesús, estaban de pie su madre, la hermana de su madre,° Miriam, la de Cleofás y Miriam de Magdala. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Estaban junto a la cruz de Jesús su madre y la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María Magdalena. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María esposa de Cleofas, y María Magdalena. |
Mientras Jesús hablaba a la gente, su madre y sus hermanos, que deseaban hablar con él, se tuvieron que quedar fuera.
Después que Jesús resucitó muy temprano el primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, de la que había expulsado siete demonios.
así se conocerán las intenciones de cada uno. Esto será para ti como una espada que te atravesará el alma».
Pero todos los conocidos de Jesús y las mujeres que lo habían seguido desde Galilea, se quedaron mirando desde lejos.
Uno de ellos, llamado Cleofas, le dijo: ―¿Eres tú el único que ha estado en Jerusalén y no se ha enterado de lo que ha pasado en estos días?
y algunas mujeres a las que él había sanado de espíritus malignos y de diferentes enfermedades. Entre ellas estaba María, a la que llamaban Magdalena, de la que habían salido siete demonios.
El primer día de la semana, muy de mañana, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que habían movido la piedra que cerraba la entrada.