Así dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha hasta que humille a tus enemigos poniéndolos por estrado de tus pies.
Juan 17:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Pues tú le has dado autoridad sobre todas las personas para que él les dé vida eterna a todos los que le diste. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. Biblia Nueva Traducción Viviente Pues le has dado a tu Hijo autoridad sobre todo ser humano. Él da vida eterna a cada uno de los que tú le has dado. Biblia Católica (Latinoamericana) Tú le diste poder sobre todos los mortales y quieres que comunique la vida eterna a todos aquellos que le encomendaste. La Biblia Textual 3a Edicion así como le diste potestad sobre toda carne, para que a todos los que le diste, a ésos les dé vida eterna. Biblia Serafín de Ausejo 1975 ya que le diste autoridad sobre todos los hombres, para que él diera vida eterna a todos los que tú le has dado. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. |
Así dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha hasta que humille a tus enemigos poniéndolos por estrado de tus pies.
Le dieron la facultad de gobernar, reinar y ser tratado con gran respeto en todos los pueblos, culturas y naciones del mundo, para que siguieran sus disposiciones. Su poder es inmenso, nunca se acabará, su gobierno jamás será destruido.
»El Padre me ha confiado todas las cosas. Sólo el Padre conoce al Hijo y sólo el Hijo conoce al Padre, y también aquellos a quienes el Hijo se lo revela.
»Irán, por tanto, al castigo eterno, mientras que los justos entrarán a la vida eterna».
Pero él se les acercó y les dijo: ―He recibido toda autoridad en el cielo y en la tierra.
»Padre, quiero que los que tú me has dado, estén conmigo donde yo estoy. Así, ellos verán mi gloria, la gloria que me has dado porque tú me amaste desde antes que el mundo fuera creado.
»A los que me diste del mundo les he mostrado quién eres. Ellos eran tuyos y tú me los diste y ellos han obedecido tu palabra.
Ruego por ellos. No ruego por el mundo, sino por los que me diste, porque son tuyos.
pero el que beba del agua que yo le dé, no volverá a tener sed jamás, porque dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna.
No trabajen por la comida que se acaba. Trabajen más bien por la comida que permanece y da vida eterna, que es la comida que el Hijo del hombre les dará. Sobre él ha puesto Dios el Padre su sello de aprobación.
Todos los que el Padre me da vendrán a mí; y al que viene a mí, no lo rechazo.
Y esta es la voluntad del que me envió: que no pierda a ninguno de los que él me ha dado, sino que los resucite en el día final,
Porque si bien la paga del pecado es muerte, el regalo que nos da Dios es vida eterna a través de Jesucristo nuestro Señor.
porque Cristo tiene que reinar hasta derrotar a sus enemigos y ponerlos bajo sus pies.
con que Dios levantó a Cristo de entre los muertos y lo sentó a su derecha en la gloria.
para que ante el nombre de Jesús todos se arrodillen, tanto en el cielo como en la tierra y debajo de la tierra,
Pero precisamente por eso, Dios tuvo misericordia de mí, para que Cristo pudiera usarme como ejemplo de lo paciente que es aun con el más vil de los pecadores, y para que los demás se den cuenta y, creyendo en él, también reciban la vida eterna.
pero en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio de su Hijo. A él Dios lo hizo heredero de todas las cosas y por medio de él creó todo el universo.
que subió al cielo y tomó su lugar a la derecha de Dios. A él, a Jesucristo, están sometidos los ángeles y todos los seres espirituales que tienen autoridad y poder.
Esa vida, que estaba con el Padre, se ha dado a conocer; y nosotros, que la experimentamos, hemos testificado de ella.
pero sabemos que Cristo, el Hijo de Dios, vino a ayudarnos a hallar y entender al Dios verdadero. Ahora estamos en Dios, porque estamos en su Hijo Jesucristo, que es también Dios verdadero y la vida eterna.
entréguense al amor de Dios y esperen el día cuando nuestro Señor Jesucristo, en su misericordia, nos dará la vida eterna.