Los enviados de los fariseos
Y los que habían sido enviados eran de los fariseos.
Entonces los fariseos que habían sido enviados
Los enviados eran del grupo de los fariseos,
(Y los enviados eran de los fariseos.)
Los enviados eran de los fariseos.
Fariseos ciegos, limpien primero el interior del vaso, para que esté limpio por dentro y por fuera.
Cuando Jesús salió de allí, los maestros de la ley y los fariseos comenzaron a acosarlo con preguntas.
Los fariseos oían todas estas cosas y se burlaban de Jesús porque a ellos les gustaba mucho el dinero.
Pero los fariseos y los maestros de la ley no quisieron que Juan los bautizara, y de esta manera rechazaron el propósito que Dios tenía para ellos.
Juan respondió con las palabras del profeta Isaías: ―Yo soy la voz del que grita en el desierto: “Preparen un camino recto para el Señor”.
le preguntaron: ―Si no eres el Cristo, ni Elías ni el Profeta, ¿por qué bautizas?
Es que los saduceos afirman que no hay resurrección, ni ángeles ni espíritus. Los fariseos, en cambio, sí creen en todo esto.
Ellos me conocen. Si ellos quisieran, podrían asegurar que viví como fariseo, que es la secta más estricta de nuestra religión.