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Jonás 1:16 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Aquellos hombres sintieron gran temor del Señor, le ofrecieron sacrificios y prometieron siempre rendirle homenaje.

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Biblia Reina Valera 1960

Y temieron aquellos hombres a Jehová con gran temor, y ofrecieron sacrificio a Jehová, e hicieron votos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Los marineros quedaron asombrados por el gran poder del Señor, le ofrecieron un sacrificio y prometieron servirle.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Aquellos hombres temieron a Yavé y con gran respeto le ofrecieron un sacrificio y le hicieron votos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y aquellos hombres temieron a YHVH con gran temor, y ofrecieron sacrificio a YHVH, e hicieron votos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Aquellos hombres sintieron gran temor de Yahveh, le ofrecieron un sacrificio y le hicieron votos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y temieron aquellos hombres a Jehová con gran temor; y ofrecieron sacrificio a Jehová, y prometieron votos.

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Jonás 1:16
19 Tagairtí Cros  

Jacob, entonces, hizo este voto: «Si Dios me ayuda y me protege en este viaje, me da ropa y comida, y me permite regresar sano y salvo a la casa de mi padre, el Señor será mi Dios. Y esta piedra que he levantado para señal, será lugar de adoración. Además, de todo lo que me dé, le entregaré el diezmo».


Después Noé construyó un altar para adorar al Señor. En ese altar Noé le ofreció a Dios animales y aves adecuados para el sacrificio, es decir, que eran puros.


―Bien —dijo Naamán—, muy bien. Pero dame dos cargas de tierra para llevar conmigo, porque de ahora en adelante no volveré a ofrecer sacrificios ni holocaustos a otros dioses, sino al Señor.


Él no toma en cuenta a los que se creen sabios; por eso le temen los mortales».


¡Que ofrezcan sacrificios de gratitud, y canten por sus gloriosas obras!


¡Cumpliré mis promesas al Señor en presencia de todo su pueblo!


Lo que quiero de ti es verdadera gratitud a Dios; quiero que cumplas tus promesas al Altísimo.


Así, cuando le hables a Dios y le prometas hacer algo, no tardes en cumplirlo. Pues a Dios no le agradan los necios. Cúmplele lo prometido.


Toda la noche te busco; busco a Dios con todo fervor; sólo cuando vengas a juzgar la tierra y a castigarla, el pueblo se apartará de su maldad y hará lo que es justo.


¿No me tienen respeto alguno?, pregunta el Señor Dios. ¿Cómo es que ni siquiera tiemblan en mi presencia? Mi poder es tan grande que yo fui quien establecí sus límites a los mares del mundo y ellos por más que se embravezcan y rujan, no podrán traspasarlos. ¿No es de ser temido y respetado un Dios así de poderoso?


Ordeno que en todo mi reino todos teman y tiemblen ante el Dios de Daniel. Pues su Dios es el Dios vivo, que no cambia, cuyo reino jamás será destruido y cuyo poder jamás se acabará.


Entonces clamaron al Señor, el Dios de Jonás: «Señor, no nos hagas morir por el pecado de este hombre, y no nos hagas responsables de su muerte, porque no ha sido culpa nuestra lo ocurrido; tú enviaste esta tempestad en su contra, porque tú tienes buenas razones para ello».


Es como un grano de mostaza que se siembra en la tierra. Aunque es la más pequeña de las semillas que hay en el mundo,


Un gran terror se apoderó de toda la iglesia y de todas las personas que se enteraron de lo que había pasado.


—Me quedaré —le contestó el ángel—, pero no voy a comer nada. Si deseas ofrecerme algo, ofrécelo en sacrificio al Señor. Manoa no sabía todavía que aquél era el ángel del Señor