El Señor es mi fortaleza, mi roca y mi salvación; mi Dios es la roca en la que me refugio. Él es mi escudo, el poder que me salva.
Joel 3:16 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 El Señor ruge como si fuera un león desde Sion, desde Jerusalén lanza su grito, y la tierra y el cielo comienzan a temblar. ¡Pero el Señor protegerá a su pueblo, será un refugio seguro para Israel! Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y Jehová rugirá desde Sion, y dará su voz desde Jerusalén, y temblarán los cielos y la tierra; pero Jehová será la esperanza de su pueblo, y la fortaleza de los hijos de Israel. Biblia Nueva Traducción Viviente La voz del Señor pronto rugirá desde Sion y tronará desde Jerusalén, y los cielos y la tierra temblarán; pero el Señor será un refugio para su pueblo, una fortaleza firme para el pueblo de Israel. La Biblia Textual 3a Edicion YHVH rugirá desde Sión, Dará su voz desde Jerusalem, y temblarán los cielos y la tierra. Pero YHVH es la esperanza de su pueblo, La fortaleza de los hijos de Israel. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Jehová rugirá desde Sión, y dará su voz desde Jerusalén, y temblarán los cielos y la tierra; mas Jehová será la esperanza de su pueblo, y la fortaleza de los hijos de Israel. |
El Señor es mi fortaleza, mi roca y mi salvación; mi Dios es la roca en la que me refugio. Él es mi escudo, el poder que me salva.
Él dará fuerza a su pueblo. Derramará paz como bendición sobre ellos.
Porque tú eres mi refugio, alta torre en donde mis enemigos jamás podrán tocarme.
El nombre del Señor es una torre poderosa; los justos acuden a ella y están a salvo.
Las personas que sean así morarán en lo alto. Las rocas de los montes serán sus seguras fortalezas, obtendrán alimento y tendrán toda el agua que necesiten.
El glorioso Señor nos será como amplio río de protección, que ningún enemigo podrá atravesar.
El Señor será poderoso guerrero, lleno de ira contra sus enemigos. Lanzará un fuerte grito de guerra y vencerá.
Y yo he puesto en sus labios mis palabras y les he dado seguro refugio dentro de mi mano. Yo puse las estrellas en su sitio y modelé toda la tierra. Yo soy quien dice a Israel: «Tú eres mío».
Oh Señor, tú que eres para mí como fortaleza y baluarte en mi debilidad, como mi refugio en los días que estoy angustiado, pueblos de muchas partes del mundo acudirán a ti diciendo: «Nuestros antepasados fueron insensatos, pues adoraban ídolos vanos que para nada les aprovecharon.
¡Señor, no me abandones! ¡Siempre te he dicho sinceramente lo que siento!
Porque en mi celo y mi gran cólera yo prometo un gran temblor en la tierra de Israel para aquel día.
El Señor rugirá como un león y su pueblo lo seguirá. Sí, él rugirá y su pueblo vendrá temblando desde el oeste.
Este es su mensaje: «Desde Sion el Señor rugirá como un león, desde Jerusalén lanzará un poderoso grito. Será tan terrible su grito que los pastos de los campos se secarán y se resecará la cumbre del monte Carmelo».
Cuando el león ruge, todos se asustan; así también cuando el Señor comunica un mensaje, los profetas tienen que comunicarlo.
Pero el Señor es bueno. Cuando llegan la angustia y la desesperación él es el mejor refugio. Protege a todos los que en él ponen su confianza; él conoce bien a los que le son fieles.
»Les aseguro que dentro de poco comenzaré a sacudir los cielos y la tierra, los océanos y la tierra seca.
Haré temblar a todas las naciones y estas desearán venir a este templo trayendo todas sus riquezas. Entonces este lugar resplandecerá y tendrá gran fama porque yo estaré en él. Lo digo yo, el Señor Todopoderoso.
»Yo mismo fortaleceré a mi pueblo, y haré que avancen confiados en mi permanente ayuda. Lo afirmo yo, que soy el Señor Todopoderoso».
«Yo fortaleceré a Judá, y protegeré a la casa de Israel. Haré que de nuevo sean prósperos y felices, porque los amo. Será como si nunca los hubiera desechado, porque yo, el Señor su Dios, habré escuchado sus oraciones llenas de angustia.
¡Presos, váyanse ahora a la tierra donde está la salvación, porque aún hay esperanza! Prometo ahora darles el doble de cosas buenas por cada dolor que sufrieron.
En aquella ocasión, su voz hizo temblar la tierra. Pero ahora ha prometido: «Una vez más haré que tiemble no sólo la tierra sino también el cielo».
En aquel preciso instante, un terrible terremoto sacudirá la tierra y una décima parte de la ciudad se derrumbará dejando un saldo de siete mil muertos. Los sobrevivientes, llenos de espanto, glorificarán al Dios del cielo.
Entonces el templo de Dios se abrió en el cielo y el cofre de su pacto quedó al descubierto. Y hubo relámpagos, estruendos, truenos, un terremoto y una fuerte granizada.
Hubo entonces estruendos, truenos y relámpagos, mientras la tierra se sacudía con un terremoto de una magnitud sin precedente en la historia.
Y el Señor, que es la Gloria de Israel, no miente, ni cambia de parecer, porque no es como los hombres.