Oh Dios; rómpele los colmillos. ¡Arráncales los dientes a estos leoncillos, Señor!
Jeremías 8:17 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Porque yo enviaré contra ustedes estos ejércitos enemigos como serpientes venenosas a las que no pueden engañar. Hagan lo que hagan, los atacarán y morirán. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Porque he aquí que yo envío sobre vosotros serpientes, áspides contra los cuales no hay encantamiento, y os morderán, dice Jehová. Biblia Nueva Traducción Viviente Enviaré estas tropas enemigas entre ustedes como serpientes venenosas a las que no pueden encantar. Los morderán y ustedes morirán. ¡Yo, el Señor, he hablado!». Biblia Católica (Latinoamericana) Voy a mandarles a ustedes serpientes venenosas, contra las que no exista encantamiento; que los morderán sin remedio, dice Yavé. La Biblia Textual 3a Edicion Yo envío contra vosotros serpientes venenosas, Contra las que no valdrá el encantamiento, Y os morderán mortalmente, dice YHVH. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pues mirad: yo envío contra vosotros serpientes venenosas contra las que no hay conjuro y os morderán -oráculo de Yahveh-. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque he aquí que yo envío sobre vosotros serpientes, áspides, contra las cuales no hay encantamiento; y os morderán, dice Jehová. |
Oh Dios; rómpele los colmillos. ¡Arráncales los dientes a estos leoncillos, Señor!
Si la serpiente muere antes de ser hechizada, de nada sirve el encantador.
No se regocijen, filisteos, de que haya muerto el rey que los hería. Cierto que esa vara está quebrada, pero su hijo será para ustedes peor azote de lo que fue su padre. De la serpiente nacerá una víbora, una víbora de fuego que los destruirá.
En aquel día serán como un hombre que al huir de un león, se topa de frente con un oso; o como un hombre que en una habitación oscura se apoya en una pared y lo muerde una víbora.
»Aunque se escondan entre las rocas en la cima del monte Carmelo, yo los buscaré allá y los capturaré. Aunque se escondan en el fondo del océano, yo enviaré la serpiente marina tras ellos para morderlos y destruirlos.
Entonces el Señor los castigó enviando serpientes venenosas, y muchos murieron.
Los consumiré con hambre, con fiebre y enfermedades fatales. Yo los devoraré; enviaré contra ellos bestias salvajes, para que los destrocen con sus dientes y serpientes venenosas que se arrastran por el polvo.
Pero el poder mortal de aquellos caballos no radicaba solamente en el hocico. Sus colas parecían serpientes que con sus cabezas ocasionaban heridas mortales.