Las ciudades más importantes de su reino fueron Babel, Érec, Acad y Calné. Todas estas ciudades estaban en la región de Sinar.
Jeremías 50:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Este es el mensaje del Señor contra Babilonia y los caldeos, proclamado por el profeta Jeremías: Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Palabra que habló Jehová contra Babilonia, contra la tierra de los caldeos, por medio del profeta Jeremías. Biblia Nueva Traducción Viviente Jeremías recibió el siguiente mensaje del Señor con relación a Babilonia y a la tierra de los babilonios. Biblia Católica (Latinoamericana) Palabra de Yavé, que dijo contra Babilonia: La Biblia Textual 3a Edicion El oráculo que habló YHVH acerca de Babilonia y la tierra de los caldeos, por medio del profeta Jeremías: Biblia Serafín de Ausejo 1975 Palabra que dijo Yahveh acerca de los caldeos, por medio del profeta Jeremías. Biblia Reina Valera Gómez (2023) La palabra que Jehová habló contra Babilonia, y contra la tierra de los caldeos, por medio del profeta Jeremías. |
Las ciudades más importantes de su reino fueron Babel, Érec, Acad y Calné. Todas estas ciudades estaban en la región de Sinar.
Un día Téraj decidió salir de Ur de los caldeos para irse a vivir al país de Canaán. Se llevó consigo a su hijo Abram, a su nieto Lot y a su nuera Saray. Pero cuando llegaron a la ciudad de Jarán, se quedaron viviendo en ese lugar.
Por esta razón la ciudad se llamó Babel, porque fue allí donde Dios los confundió haciendo que hablaran diversos idiomas, y los esparció por toda la tierra.
“El Espíritu del Señor habló por mí y su palabra estuvo en mi lengua”.
El rey de Asiria llevó habitantes de Babilonia, Cuta, Ava, Jamat, y Sefarvayin, y los instaló en las ciudades de Samaria, en lugar del pueblo de Israel. Los asirios, pues, tomaron posesión de Samaria y de las demás ciudades de Israel.
No había terminado este, cuando otro mensajero entró corriendo. ―Tres bandas de caldeos se llevaron sus camellos y mataron a sus siervos. ¡Sólo yo escapé para contárselo!
ustedes se mofarán del rey de Babilonia y dirán: «¡Grandísimo matón, por fin te llegó tu día,
Tiro será echada a las fieras por los babilonios, no por los asirios. Aquellos la asediarán, arrasarán sus palacios y la convertirán en montón de ruinas.
Después, pasados los setenta años de esclavitud, castigaré al rey de Babilonia y a su pueblo por sus maldades. En eternas ruinas convertiré el país de Caldea, mejor conocido como Babilonia.
Todas las naciones le servirán a Nabucodonosor y a sus hijos y nietos hasta que le llegue su turno de ser castigado, y entonces muchas naciones y poderosos reyes conquistarán Babilonia y la harán su esclava.
Tres años después que el rey Joacim comenzó a reinar en Judá, Nabucodonosor, el rey de Babilonia, vino a Jerusalén y la sitió con sus ejércitos.
»Salió entonces Abraham de la tierra de los caldeos y vivió en Jarán, hasta la muerte de su padre. Luego, Dios lo condujo hasta esta tierra donde ustedes viven ahora.
porque los profetas no hablaron por su propia iniciativa. Ellos hablaron de parte de Dios, y fueron inspirados por el Espíritu Santo.
Y otro ángel que lo seguía gritaba: «¡Cayó Babilonia! ¡Cayó la gran ciudad que sedujo a las naciones a participar del vino de su adulterio!».